Miembro más joven de la Orquesta
Sinfónica de Venezuela
VALTER IZZO SCHIAVONE:
LA MÚSICA ME HA ACOMPAÑADO TODA
MI VIDA
Desde hace casi 2 años, Valter Izzo Schiavone forma
parte de la fila de violines de la Orquesta
Sinfónica de Venezuela. Hoy a sus 24
años, conversa sobre cómo se cumplió su sueño de pertenecer a la primera
orquesta profesional de nuestro país, la OSV
y cómo fue recibido por sus compañeros con el mismo respeto y afecto con el que
se trata a cualquier integrante. Para Izzo
la música académica es parte integral de su vida, se ha dedicado completamente
a su pasión y es consciente de que para lograr el éxito, la determinación y el
estudio constante son claves. Enaltecemos a todos los jóvenes venezolanos que
día a día con entusiasmo y mucha constancia, construyen la Venezuela que todos
queremos.
Evelyn Navas Abdulkadir, Prensa
Orquesta Sinfónica de Venezuela.
Valter Izzo Schiavone escuchó las notas de un violín por
primera vez a sus cortos cinco años de edad, en una clase de iniciación musical
cuando quedó cautivado por el profesor y su mágico instrumento. Ahora recuerda
con aprecio cómo esa pequeña intervención le ayudó a determinar cuál sería su
pasión de vida: la música.
Su interés fue sincero e ingresa al Colegio Emil Friedman donde recibió
clases de teoría y solfeo, práctica coral y violín. Durante 3 años consecutivos
participa en los estudios grupales de violín dictados por el propio profesor Emil Friedman. En su colegio combinó
sus estudios de primaria y bachillerato –mención ciencias- con su pasión por la
música: “Ella siempre ha estado presente a lo largo de mi vida, siempre la he
amado, crecí con ella y me dedico a ella. Al culminar mis estudios de bachillerato
era claro que quería ser músico de profesión”, cuenta Valter Izzo.
En el Colegio Emil Friedman estudió con el profesor José Palomares Bianchi. A la edad de 11 años, Valter Izzo gana el primer lugar en el
II Concurso de Violín “Concierto en
La menor Antonio Vivaldi” y en 1999 ingresa al Conservatorio Juan José Landaeta en donde reafirma sus estudios
musicales. Durante dos años (2000 y 2001) asiste al curso de verano Interlochen Arts Camp en Michigan, USA,
realizando estudios de especialización musical con el profesor Selim Giray y participa en la Intermediate Symphony
Orchestra. Simultáneamente cursa clases de música de cámara y música
computarizada.
En 2001 continúa sus estudios de
violín con Alfonso López Chollett (profesor
del Colegio Emil Friedman y Concertino de la Orquesta Sinfónica de Venezuela) y
posteriormente con Raimondas Butvila,
así como también con Liber Cuervos,
también violinista de la OSV. Valter
Izzo ocupó el cargo de Concertino en la Orquesta Sinfónica Arcos y
Voces Juveniles de Caracas. Actualmente, cursa estudios en la Universidad Nacional Experimental de las
Artes (UNEARTE), para graduarse en Ejecución Instrumental Violín.
Valter Izzo participa activamente en series de música de cámara con diferentes
tipos de agrupaciones y ha sido músico invitado en las filas de violines de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho,
Orquesta de Cámara Ángel Sauce y Orquesta de Cámara Virtuosi de Caracas.
Mucho esfuerzo para
alcanzar un sueño
Es conocido que para ingresar a una
orquesta sinfónica, los músicos deben presentarse en una audición, lo cual
requiere de una gran preparación. La audición en sí no es fácil, pues son
evaluados en muchos aspectos y deben despuntar en todas las fases. Las vacantes
son limitadas y sólo se vale el talento y la capacidad de adaptación del músico
para el cargo a ocupar.
Valter Izzo Schiavone cumplió con este proceso y no le fue
fácil: “Me enteré de las audiciones a través de un amigo y
me acerqué a las oficinas de la Orquesta Sinfónica de Venezuela para
inscribirme y retirar el repertorio que debía presentar. Las obras eran de un
alto nivel técnico, lo que exigió de horas extra de estudio para perfeccionar
lo más que pudiese en el poco tiempo que quedaba. Me tomó varios días de
investigación sobre las obras, escuchando varias versiones y por supuesto
practicándolas día y noche. ¡Lo más entretenido era audicionarle a todo el
mundo qué me pasaba por el frente! Fue muy emocionante plantearme el reto de
presentarme en una orquesta sinfónica. Era la primera vez que realizaba este
tipo de prueba y por supuesto estaba un poco nervioso, pero a la final –gracias
a la preparación y al apoyo de mi familia y amigos- tengo el orgullo de formar
parte de las filas de la OSV”.
Vencido el reto, con celular en mano,
llamó a su familia para contarles: “Me sentí eufórico, muy contento, fue un
gran respiro, luego de semanas de arduo trabajo y esfuerzo. En casa todos
estaban muy felices y por supuesto, no faltaron las palabras de felicitación de
mis amigos por mensajes de texto y por las redes sociales”.
Izzo ya conocía a la Orquesta
Sinfónica de Venezuela, pues la institución ha sido referencia durante 84
años de existencia para los músicos académicos de este país y a nivel
internacional también, y es considerada la cuna del movimiento sinfónico
venezolano. “Siento un gran respeto y admiración, no sólo por la calidad humana y
musical de sus integrantes, sino también por su historia. Es la agrupación
musical más antigua de nuestro país y de Latinoamérica, y además es Patrimonio
Artístico y Cultural de la Nación. Es una bandera que la institución lleva bien
en alto, legado del Maestro Vicente Emilio Sojo y los músicos fundadores, y
preservado hoy en día por la labor cultural y social de todos sus integrantes”,
explica Valter.
Con uniforme nuevo y su instrumento en
mano, asistió a su primer ensayo: “Estaba inmensamente feliz. Sentarme en las
filas de la orquesta con mis nuevos compañeros y ensayar en el Teatro Teresa
Carreño fue y ha sido una experiencia increíblemente enriquecedora. El primer
concierto en el que participé como integrante de la OSV fue en el Concierto
Aniversario del año 2011 cuando arribamos a los 81 años de existencia. Bajo la
tutela de Theodore Kuchar, interpretamos la Romanza N° 2 en fa mayor Op. 50 de Ludwig van
Beethoven, La Sinfonía N° 5 en si
bemol mayor Op. 100 de Serguei Prokofiev y el Concierto para violín y orquesta Op. 14,
de Samuel Barber, acompañando al maestro canadiense Martin Chalifour, primer
violín de la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles, quien fue el solista
internacional invitado”. Todo un lujo y gran comienzo.
En la Orquesta Sinfónica de Venezuela todos se tratan como una gran familia:
“No
exagero al decir que no hubo un sólo integrante de la OSV que no me haya
saludado personalmente y dado la bienvenida a la orquesta. Para mí fue
impresionante ver que aún siendo el más joven me trataran con el mismo respeto,
y afecto que le dan todos sus demás integrantes, incluyendo a los maestros
jubilados”.
Actualmente, Valter Izzo se siente muy cómodo en la OSV: “Estoy honrado por formar parte de la Orquesta Sinfónica de Venezuela,
por la labor artística para brindarle al público el más alto nivel técnico y
musical posible. Y por supuesto, por la labor social que desarrollamos como
institución con La OSV en mi
Escuela, en donde puedo ver en la cara de los niños y niñas, la
misma emoción hacia la música que me hizo iniciarme a mí en este arte”.
La música como estilo
de vida
Valter Izzo como a todo joven, también le apasionan otras cosas más allá de la
música: “Me gusta salir a trotar, soy fanático del cine y me encanta ir a la
playa”.
Pero como músico profesional está
consciente de los grandes sacrificios que se deben hacer para lograr
sobresalir: “En toda carrera profesional hay que hacer sacrificios si se desea
progresar, especialmente en la vocación musical. Se necesitan de
muchas horas de estudio y dedicación diarios, y un perfeccionamiento constante
que ocupa varias horas del día. Pero la música no solo es una carrera también
es un estilo de vida, la música se hace por trabajo pero también por placer, y
cuando algo te causa pasión sabes que todo esfuerzo vale la pena”.
Aunque en estos momentos disfruta de la
soltería, Valter Izzo aprovecha para
soñar en grande con formar una familia, mientras sigue creciendo musicalmente
adquiriendo experiencia y estudiando el repertorio orquestal: “Me
gustaría trabajar más el repertorio de música de cámara como también seguir
desarrollando la parte pedagógica de la música, para ayudar y guiar a mis
alumnos con una buena formación musical”.
Sin embargo ese trabajo con la música
académica no le impide disfrutar en sus ratos libres de escuchar merengue, salsa, jazz y rock. “Del
repertorio académico clásico definitivamente me fascina la música del período
romántico, aunque de vez en cuando me gusta romper con la armonía y escuchar un
poco de atonalismo y géneros contemporáneos”.
La composición también le ha sido
atractiva: “Siempre me ha fascinado la composición musical, tengo un par de
composiciones cortas que realicé en la universidad, pero en definitivo lo que
más me motiva musicalmente es ejecutar y perfeccionar mi instrumento”.
Y es esa pasión por la música –ya una
filosofía de vida- la razón que le ha llevado a ser un joven músico muy activo,
participando en conciertos con bandas de rock y metal sinfónico en nuestro país
y hasta en la grabación del CD de una de ellas.
Con su buen porte físico, también se ha
prestado a participar en un comercial actuando como músico solista acompañado
por una orquesta y en la grabación de la música del comercial para Chrysler
Forza (http://vimeo.com/65590025): “Ha
sido divertido participar porque ¡soy músico, no actor! Tuve que interpretarme
a mí mismo como violinista e ingresar al escenario para ejecutar un concierto,
con la particularidad de que tenía que entrar como si la parte superior de mi
cuerpo estuviera dentro de un carro que acelera con fuerza. Fue una experiencia
totalmente entretenida”, puntualiza Valter Izzo.
También estuvo en la Campaña Playing for Chance Venezuela, La Paz
empieza por ti (https://www.youtube.com/watch?v=ZX1mOFtY2jA), junto a 15
talentosos músicos, cantantes, arreglistas y compositores venezolanos.
La juventud venezolana se crece a
través de quienes son capaces de apostar por un futuro construido con trabajo,
tesón y mucha dedicación. Valter Izzo
representa a esta generación que ha seguido sus sueños con perseverancia,
conscientes de que pueden aportarle al país mucho más desde la música.
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