¿Las dietas
locas de comienzos de año?:
¡Gran peligro y cero efectividad!
Según médica, especialista en nutrición, “para
bajar 2 kilos se requiere mantener una alimentación balanceada y realizar
actividad física regular durante al menos un mes. Las dietas restrictivas y que
prometen una pérdida de peso rápido no son seguras: no cumplen con los
requerimientos nutricionales, alteran el metabolismo y le hacen daño al
organismo. No existen alimentos buenos o
malos, solo dietas mal balanceadas”.
Tras las celebraciones de fin de año son muchos los
que han sumado kilos a su peso corporal e inician el mes de enero con una
dieta. Sin embargo, perder peso de forma eficaz y mantenerlo en el
tiempo no es algo que se puede lograr en un abrir y cerrar de ojos. De acuerdo con
Maritza Landaeta Jiménez, doctora venezolana y máster en planificación
alimentaria nutricional,
para perder peso lo primero que hay que hacer es modificar los hábitos de
alimentación y actividad física.
Existe una variedad de dietas que se han popularizado
a través de los años. Algunas proponen un menú estricto, otras restringen
ciertos grupos de alimentos y unas prometen una pérdida de peso rápido. Según
la doctora Landaeta, los cambios conseguidos con estas dietas no se sostienen
por largo tiempo porque la persona no incorpora hábitos de alimentación
adecuados, sino cambios transitorios para lograr bajar de peso rápidamente. Por
eso, antes de lanzarse de lleno con una dieta restrictiva, es fundamental visitar
al médico o nutricionista para que le ayude a elaborar un plan de alimentación que
se adapte a sus necesidades individuales.
Buenos hábitos de
alimentación y actividad física
Según la doctora
Landaeta, para las personas que quieren bajar de peso y aquellos que están
sanos y sencillamente desean mantener su peso actual, lo recomendado es un plan
de alimentación equilibrado y variado, según los requerimientos nutricionales individuales.
El plan tiene que incluir todos los grupos de alimentos distribuidos en forma equilibrada
(50-60% carbohidratos, 15-20% proteínas y 25-30% grasas). Cabe recordarles que no hay alimentos
buenos o malos, solo ¡dietas mal balanceadas!. Cada uno de los alimentos que
integran los diferentes grupos tiene una composición química y funcionan como
un vehículo de nutrientes. Por esta razón, es de suma importancia que todos
estén presentes en la alimentación diaria. Por ejemplo, las frutas son excelentes
fuentes de vitaminas y antioxidantes, las carnes y lácteos de minerales y
proteínas, y los cereales y tubérculos son fuentes de vitaminas y fibra. Incluso
la grasa y el azúcar son importantes para el buen funcionamiento del
cuerpo. El secreto está en la
moderación. Además, dentro
de una alimentación balanceada es esencial mantener una correcta hidratación.
El agua representa alrededor del 60% del peso corporal y participa en
diferentes procesos como la digestión, respiración, absorción y excreción,
ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y mantiene la temperatura corporal. El requerimiento de agua depende del peso corporal de la
persona, la cantidad de actividad física que realiza y varía en diferentes etapas del ciclo de vida. En general, la ingesta diaria para
individuos sanos de 19 años o más es de 3.7 litros para hombres y 2.7 litros para mujeres.
Un porcentaje importante de la hidratación diaria
se repone mediante el consumo de líquidos como agua, jugos, leche, gaseosas,
café, té, chocolate, entre otros. El otro porcentaje proviene de los alimentos
sólidos, tales como las frutas y vegetales. Sin embargo, si la meta es
perder peso, procure consumir agua, gaseosas dietéticas o jugos, sin adición
de azúcar o con edulcorantes
no calóricos porque permiten disfrutar del sabor dulce sin aportar calorías. Para perder peso
es indispensable realizar actividad física de intensidad moderada al menos 30
minutos, 5 veces a la semana. Si la actividad física se realiza según los criterios
establecidos por el médico y se mantiene una alimentación balanceada, la
persona podría perder entre 200 y 300 calorías por día, por lo que en un mes o
45 días posiblemente podría librarse de los 2 kilos que en promedio se ganan en
temporada de fiestas.
Algunas dietas
restrictivas no recomendadas son:
Dietas cetogénicas: pocos
carbohidratos y muchas proteínas y grasas. Comprometen el sustrato energético
del cerebro, provocando serios trastornos renales y hepáticos que lesionan la
salud.
Dieta líquida: limita el aporte calórico,
vitaminas, minerales y fibra.
Dietas que excluyen algún nutriente: generan
desequilibrios hormonales y metabólicos.
Dietas de alimentos específicos como el pepino o
atún:
restringen el consumo de otros nutrientes presentes en los grupos de alimentos
energéticos y provocan alteraciones en el metabolismo.
Estos tipos de
dietas no se recomiendan, pues como se ha señalado, son riesgosas para la
salud. La nutrición es
un fenómeno complejo, producto de la alimentación, de factores genéticos y de
otras influencias físicas, biológicas y psíquicas. Por lo tanto, alimentarse
con todos los grupos en las proporciones adecuadas es fundamental para
garantizar el aporte de nutrientes indispensables y para lograr una estilo de
vida saludable, concluye la experta.
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