Ortiz Córdova:
En Venezuela se ha instituido
¡El horror jurídico!
En Venezuela se
ha instituido una situación de horror jurídico, que va aun más allá de la
violación de la propia Constitución de la República, al pretender revivir a los
juristas de la Segunda Guerra Mundial, en este caso con personajes que no
llegan a tener la entidad del jurista alemán, miembro del partido
Nacionalsocialista, Carl Schmitt, aplicado para todas aquellas tropelías del
régimen nazi.
Tal reflexión fue formulada por el constitucionalista Rubén Ortiz Córdova,
abogado integrante del Escritorio Ortiz Bucarán & Asociados, a propósito de
las recientes incidencias relacionadas con la petición del fiscal designado por
la Asamblea Nacional Constituyente dirigida al Tribunal Supremo de Justicia
que, a su vez, solicitó de la ANC allanar la inmunidad del primer
vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, y otras medidas de
carácter sancionatorio contra el presidente del Parlamento, diputado Julio
Borges.
Ortiz Córdova
argumenta, en primer lugar, elementos que en su opinión configuran una
situación de ruptura institucional en el país, determinada por la inexistencia
de un sistema de control judicial que haga cumplir la legislación vigente en
todos los actos de los distintos órganos del Estado, partiendo del punto de
vista doctrinal según el cual el Estado de Derecho es el imperio de la ley, y
que esos instrumentos elaborados por el Parlamento en cada nación, constituyen
el mandato que la ley se da sobre sí misma a sus representantes, para controlar
al propio Estado en sus actuaciones.
A partir de ahí
surge lo que es propiamente la separación de poderes, como forma de ese
necesario control de la actividad estatal, atribuyendo funciones a cada una de
las ramas de los poderes, que deben permanecer absolutamente separadas y
actuando conforme a las reglas que regulan su actuación. Es decir ellas no
pueden hacer nada más allá de lo que la Constitución y las leyes le permiten,
explicó.
Recomponer lo
que considera el experto constitucionalista el maltrecho Estado de Derecho,
solo sería posible en estos momentos en el país, mediante la adopción de cuatro
condiciones fundamentales: En primer lugar, volver a principio de la legalidad,
que adecue los actos de la administración a los poderes públicos, a las leyes y
a la Constitución; porque es esa la única forma de brindar legitimidad a la
actividad de los poderes púbicos.
Segundo, el principio de igualdad ante la ley, que la persona que acuda
ante la autoridad judicial obtenga la misma respuesta, porque no es legal que
alguien que cometa un delito no reciba castigo, mientras que para otra, sin
haber cometido un acto contrario a ley, sea juzgado y privado de su libertad.
Tercero, fortalecer nuevamente el principio de seguridad jurídica, permitiendo
que la gente tenga certeza de sus derechos para hacerlos valer y ser protegido.
Y por último, el principio de la independencia de los jueces, que es la fórmula
de cierre del sistema porque es el que
prevé la esencia de una judicatura, que no dependa de ningún otro poder;
algo ideal para los venezolanos hoy día, comentó.
Situación de horror jurídico
En sus reflexiones, el abogado en Derecho Constitucional, llega a la conclusión de que lo que se observa en relación con los pronunciamientos de la Fiscalía y del TSJ, así como de la ANC, es una situación de “HORROR JUDICIAL".
En sus reflexiones, el abogado en Derecho Constitucional, llega a la conclusión de que lo que se observa en relación con los pronunciamientos de la Fiscalía y del TSJ, así como de la ANC, es una situación de “HORROR JUDICIAL".
“Sobre esta
petición al TSJ que ahora se transformó en una solicitud a la ANC espuria e
ilegitima, con la que se pretende anular el artículo 200 de la Constitución,
donde se consagra la inmunidad parlamentaria,
ese privilegio de carácter procesal que tienen los parlamentarios de
solo poder ser juzgados previa votación interna en el Parlamento, constituye un
privilegio concedido por el constituyente para proteger, a esa persona que ejerce
la representación de la ciudadanía, de
los embates de demandas caprichosas, del abuso de la autoridad policial o
militar, y en general de la autoridad que trate de amedrentar o de impedirle el
ejercicio de la función legislativa”, expresó.
“Entonces, esa
sentencia contra el diputado Freddy Guevara, que es un horror jurídico, pretende revivir a los juristas del horror en
la Segunda Guerra Mundial, justificando toda
suerte de crímenes, ahora con unos personajes que no tienen ni siquiera
entidad jurídica, como aquel famoso jurista alemán, Carl Schmitt, que se
prestó para todas esas tropelías”, dijo.
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