Señales caídas:
criminales derrumban las
telecomunicaciones en Venezuela
A principios de
junio, unas 85 mil personas quedaron sin señal telefónica en Cumaná durante una
semana. El asalto a una torre de telecomunicaciones de la compañía Digitel dejó
sin cobertura a 70% de su clientela en la capital del estado Sucre, una ciudad
de casi 400 mil habitantes en el oriente de Venezuela, donde el 14 de junio una
persona murió y más de 400 fueron detenidas en saqueos y protestas por escasez
de alimentos.
José Luis
Fernández, director comercial de Digitel, encabezó el equipo de técnicos encargados
de restablecer el servicio. “Robaron la estación y destruyeron todo”, asegura
el ingeniero mientras saca su celular del bolsillo y muestra las fotografías
que capturó ese día. Dentro del recinto que resguarda la base de la antena,
tres técnicos lucen preocupados porque los cables de transmisión de datos
fueron robados. Otras imágenes reflejan evidencias de vandalismo: cableado
cercenado y equipos desmantelados; las cajas de metal que resguardan las
tarjetas de microchips quedaron abolladas. “Le cayeron a palazos a esta
estación e incluso abrieron un boquete en la pared para entrar al
autogenerador”.
Digitel reporta
42 estaciones inhabilitadas y en los días críticos hasta 100.000 clientes
resultan afectados al mismo tiempo. Fernández explica que “80 estaciones fuera
de servicio equivalen a cerca de 400.000 a 500.000 usuarios afectados, ya sea
porque no tienen señal o empeora su calidad”.
Si una torre de telecomunicaciones deja de operar, otra que esté
conectada a ella puede absorber la señal aunque se genera embotellamiento de
datos, precisa el vocero de Digitel. “Se caen las llamadas, entra ruido en la
señal, o se escucha el teléfono ocupado. Cuando recibes el mensaje: ‘el número
que está llamando no puede ser localizado’ es indicativo de congestión porque
no hay capacidad para entregar la llamada”.
Los asaltos no
sólo comprometen la señal de telefonía móvil y fija, también la conexión a
Internet y los enlaces puntuales de datos para empresas, un recurso primordial
para la banca. Según Víctor Martínez, gerente de redes de Telefónica, los
servicios corporativos son cruciales en los poblados remotos, donde cadenas de
farmacias, ferreterías y otros comercios se conectan en redes. Si se pierde la
señal, colapsa la conexión de todo el sistema.
Movistar, filial
de la española Telefónica, contabiliza hasta noviembre 636 robos –179% más que
en 2015– en 360 estaciones: 48 torres no están operativas y otras 5 trabajan
parcialmente. Al menos 15% de sus clientes perdieron el servicio o tienen
dificultades para comunicarse por este déficit.
Aunque la
estatal Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) no ha revelado
cifras sobre asaltos a sus instalaciones, sí ha reconocido que “las acciones
contra las redes telefónicas afectan los servicios de telefonía fija, móvil e
Internet, tanto en residencias como en comercios” y “conjuntamente con los
cuerpos de seguridad del Estado (…), trabaja para evitar actos de vandalismo
que atentan contra los equipos de la empresa, y por ende contra el derecho de
usuarias y usuarios a estar comunicados”, según una nota divulgada por la empresa en marzo de este año. Para
este reportaje Prodavinci solicitó una entrevista a Manuel
Fernández, presidente de Cantv, pero no obtuvo respuesta.
Hace dos meses
se desplomó una torre de 40 metros de altura que Movistar y Cantv compartían en
la zona industrial de El Guayabal, en Guarenas, a 38 kilómetros de Caracas. Los
delincuentes que asaltaron la estación se llevaron hasta las tuercas que
mantenían en pie la infraestructura.
Los últimos
reportes de robo en estaciones de Cantv fueron publicados el 19 de diciembre.
Según la compañía, vándalos asaltaron instalaciones en el centro de Valencia,
capital del estado Carabobo, y otra torre en el sector Palo Negro, en Aragua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario