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¡Rex Tillerson!
Hace veinte años, mientras Rex Tillerson ascendía en Exxon, se le acusó de negociar con el
gobierno yemení para construir una planta de exportación de gas. Las
negociaciones se estancaron debido a la insistencia de Yemen para tener poder
de veto en torno a las decisiones importantes del acuerdo.
En
algún momento, Tillerson estalló
en gritos, lanzó un libro a través de la habitación y salió furioso, quizá para
lograr un efecto dramático. Negociantes yemeníes y representantes de otras empresas
petroleras asociadas con Exxon en el consorcio internacional lo observaron con
desconcierto.
Al
final, Yemen obtuvo algunas de sus exigencias. Pero ese tipo de agresividad
para manipular la voluntad de los demás podría ser exactamente lo que Donald Trump
está buscando en un secretario de Estado. Su carácter poco convencional podría hacer que Tillerson
sea objeto de un mayor escrutinio en las audiencias de confirmación del senado,
en especial cuando se trata de su cercana relación con Rusia.
“Es mucho más que un ejecutivo”, dijo Trump sobre Tillerson en una
entrevista con Fox News, sin confirmar que sería su elección. “Es un protagonista de clase mundial”
Para empezar de cero la relación entre Estados Unidos y Rusia, como Trump lo
prometió durante la campaña, no podría haber un mejor enviado que Tillerson, de
64 años, quien ha hecho su carrera en Exxon —y Exxon Mobil desde la integración
de 1999— perforando el suelo ruso para obtener más combustibles fósiles.
Incluso ha sido condecorado por su amistad con el país.
Cabe
mencionar que actualmente, Estados Unidos y Rusia tienen enfrentamientos que no se
habían visto desde el colapso de la Unión Soviética. Ucrania y Siria son solo
dos de los muchos puntos conflictivos donde ambos países han tenido diferencias
y los servicios de inteligencia de Estados Unidos han concluido que Rusia
intentó socavar la democracia estadounidense al hackear computadoras y filtrar información para afectar
a Hillary Clinton y promover así la campaña presidencial de Trump.
Las
maniobras de Tillerson en Rusia en un momento de crecientes tensiones con
Occidente se mostraron ampliamente en 2014, poco después de que Estados Unidos
y sus aliados le aplicaran sanciones al gobierno ruso por inmiscuirse en Ucrania. El
presidente Barack Obama le pidió a líderes empresariales de Estados Unidos que
no asistieran a un importante foro de negocios en Rusia en mayo de 2014 y
Tillerson obedeció la petición del mandatario.
Sin
embargo, el presidente ejecutivo de Exxon
Mobil encontró la manera de tener un asiento en la mesa porque envió a Neil W. Duffin, su principal experto
en exploración. Duffin firmó un
acuerdo para promover más negocios con Rosneft,
empresa rusa propiedad del Estado, para expandir las perforaciones conjuntas en
el océano Ártico, desarrollar campos de esquisto con nuevas tecnologías y
cooperar en una planta de exportación de gas en Siberia.
Las
sanciones congelaron el crecimiento de las actividades de Exxon en Rusia, pero Tillerson
demostró su compromiso por hacer negocios con el presidente Vladimir Putin.
“Tillerson
será un mensajero increíble y efectivo para la renovación de las relaciones con
Estados Unidos porque no es miembro de la élite de política exterior y también
porque su historia encarna el potencial de inversión del que Rusia podría
disfrutar gracias a una mejor relación con Estados Unidos”, dijo David L. Goldwyn, quien fue el principal diplomático de energía del
Departamento de Estado durante el gobierno de Obama.
Acerca
de Trump, Goldwyn dijo: “Definitivamente
ha decidido hacer lo contrario de lo que hizo Nixon y se puso del lado de Rusia
contra China. Cree que podemos tener causas en común con Rusia en Siria y
también en Libia, y no tiene problemas con apoyar a líderes autoritarios”.
Rusia podría ser la fuerza de Tillerson,
pero también podría ser su talón de Aquiles. El gobierno ruso le dio la condecoración de la Orden de
la Amistad en 2012, un premio que ahora podría ser una vergüenza. El senador de
Florida Marco Rubio dijo el domingo en Twitter: “Ser ‘amigo de Vladimir’ no es un atributo
que se espere de un secretario de Estado”.
Es
bueno saber que Tillerson se ha opuesto a las sanciones contra Rusia, que son el
principal obstáculo para la inversión extranjera en ese país. Rusia tiene dos
enormes áreas para nuevos desarrollos petroleros, en el mar de Barents y el
campo de esquistos Bazhenov en el oeste de Siberia, que están cerradas al
desarrollo debido a la falta de capital extranjero. Antes de las
sanciones, Exxon estaba lista para
invertir en ambas regiones.
Tillerson
no siempre es fácil de definir. Profundamente conservador y comprometido con
los boy scouts de Estados Unidos, silenciosamente presionó a la organización
para que fuera abierta a los derechos de los homosexuales. Pero bajo su
liderazgo, Exxon se mostró lento en adoptar políticas explícitas para proteger
a los empleados homosexuales de la discriminación.
Aunque
tiene la reputación de ser un líder con una amplia visión, no pareció entender
todo el potencial de la revolución del gas de esquisto en Estados Unidos.
Hablando de manera confidencial (porque no están autorizados para conversar
sobre la potencial nominación), los ejecutivos de Exxon argumentaron que
Tillerson había presionado para que haya más investigación acerca de
biocombustibles avanzados, la captura y retención de carbono e impuestos al
carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tillerson también hizo que Exxon
reconociera el cambio climático como un problema serio, aunque ha defendido
fuertemente a la empresa ante las acusaciones de que adoptaron posturas
escépticas sobre el cambio climático cuando sus propios científicos advertían
sobre los riesgos de quemar combustibles fósiles.
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