Y QUE
Carta al Niño
Jesús
Salomon Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com
Por primera vez
en la historia republicana de nuestra patria estamos pasando hambre y miseria
Querido Niño Jesús, hoy
con la humildad más grande de mi corazón, te suplico que mires lo que pasa en
Venezuela y no sigas permitiendo el abuso que se comete contra todos los
venezolanos y los ciudadanos de otras naciones que conviven en esta gran patria
de Simón Bolívar, el auténtico y real y no el que han querido mostrar con una
faceta que no representa sus ideales, sus luchas y su amor por
la patria grande formada por la Gran Colombia.
Tu
sabes, amado Niño Jesús, que por primera vez en la historia republicana de
nuestra patria estamos pasando hambre y miseria, que nuestros niños más
humildes mueren de hambre o mengua en los hospitales de nuestros país, ya que
no tienen ni siquiera adhesivos para curarles las más leves heridas, que están
matando a los jóvenes de nuestra patria, también pertenecientes a las zonas más
humildes y muchos que podrían salvarse también fallecen en las puertas de los
hospitales y no hay autoridad que entienda que la vida está garantizada en
nuestra Constitución Bolivariana de Venezuela.
Que hay más de un centenar de presos políticos por
delitos inventados y a pesar de que ya muchos de ellos, si hubieran cometido
algún delito, estarían en libertad por beneficios procesales; otros, aunque
tienen boletas de excarcelación, siguen en las mazmorras del Sebín, y se les
vejan sus derechos humanos junto a sus familiares o amigos que van a visitarlos
en las cárceles mugrosas y malolientes de Venezuela. Para colmo, se sabe, por
denuncias de los mismos presos, que les sirven, cuando lo hacen, comidas
podridas y con gusanos.
Te
preguntarás, amado Niño Jesús, por qué te cuentos cosas que sé que tú conoces y de
las cuales pronto nos ayudarás a salir. Te diré el motivo por el cual te he
contado una minúscula parte del sufrimiento que a diario llevamos todos los
venezolanos. Y te digo todos ya que son un porcentaje muy paupérrimo los que
viven bien, a quienes llamamos los enchufados, narcos traficantes, lavadores de
dinero, boli burgueses, corruptos y de otras formas que, por ser una carta
dirigida a ti Niño Jesús, no las puedo decir, pero tú si lo puedes imaginar.
Te pido en nombre del país que ilumines a nuestros
dirigentes para que de una buena vez podamos encontrar la forma democrática y
constitucional y salgamos de todos los que hoy forman el actual régimen y de
todos sus genuflexos y protervos alabarderos que le dan vida y fuerza a ese
grupete de parásitos que han destruido a Venezuela.
Igualmente
te suplico que permitan, por lo menos, que nuestros niños y jóvenes puedan
volver a comer las tres veces al día, puedan recibir una educación digna llena
de valores éticos y morales y que la sangre de los venezolanos no siga siendo
regada en las calles de nuestra patria, que la presencia de nuestro amado Dios
lleve el castigo a todo aquel culpable de todas las desgracias que nos ha
tocado vivir en estos últimos 18 años de martirio, tiranía y de dolor.
Niño
Jesús, llénanos de amor, de dicha y de felicidad, ayúdanos en estos aciagos
días a volver la llama de la esperanza a nuestros corazones y permítenos,
después de tantos sufrimientos, que por lo menos podamos reconstruir el país para que nuestros
hijos, hermanos y demás familiares y amigos que se vieron en la imperiosa
necesidad de abandonar su patria y sus seres queridos, puedan regresar con la
seguridad que volveremos a ser la tierra de gloria que siempre fuimos. Por
último elevo mi oración por la salud mental, física y espiritual de nuestro
pueblo para saber perdonar, sin dejar de hacer la justicia terrenal que merecen
los que han destruido a Venezuela. Que el espíritu Santo nos dé la sabiduría
para no volver a cometer el error de elegir gobernantes como los que hoy
desgobiernan a nuestra amada Venezuela.
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