sábado, 15 de septiembre de 2012

Por fin la Iglesia Católica
 
¡ABRIÓ LA BOCA....EXPUSO IDEAS!
Ciertamente, nos había llamado poderosamente la atención que, a escasas horas del duelo presidencial por la silla de Miraflores, todoslos entes del acontecer nacional, desde la banca, el empresariado, hasta personeros representantes del sector populñar hasta (¿por qué no?) los ¡Narcotraficantes! habían emitido sus opiuniones y asumido posiciones con relación a nuestra realidad política preelectoral. Hasta que.......¡Por fín! leemos unas breves pero contundentes palabras escritas por Ovidio Pérez Morales, en las que cita contundentes opiniones y posiciones actualizadas. En su escrito cita trextualmente:

LA IGLESIA ANTE EL 7-0
Ovidio Pérez Morales
 Estamos a un mes de las elecciones presidenciales. Éstas no serán una elección más, sino un momento de gravísima definición para el país, por cuanto la alternativa a resolver es: democracia o totalitarismo. Como miembro de la Iglesia, sin pretender asumir aquí su vocería oficial –función que toca a la Conferencia Episcopal Venezolana-, quiero sí, con toda seriedad y responsabilidad, hacer pública mi interpretación creyente sobre lo que entiendo es y ha de ser la posición de la Iglesia con respecto al 7-0. Me circunscribo aquí, como es de suponer, a la Iglesia católica, aunque la validez de los argumentos  se extienda más allá.
Ante la alternativa puesta para el 7-0 a la Iglesia no le pueden caber dudas. No se justifica un ni-ni.
El 7-0 no plantea simplemente una opción ante modelos políticos diferentes por las soluciones que proponen para determinados problemas importantes y muy importantes del país, como la seguridad y la producción, el empleo y la educación, el petróleo y los servicios. No se trata de escoger, en definitiva, tampoco, entre diferentes posiciones en cuanto a descentralización y  política exterior, a controles en materia de medios de comunicación social y de manejos financieros.
Éstos y otros elementos han de tenerse en cuenta. Ciertamente. Pero no son los más de fondo.
¡Lo que se decidirá el 7-0 es algo mucho más que problemas parciales o sectoriales! Es algo clave, trascendental, referente a la orientación global del país, desde sus raíces y cimientos. Algo que toca la identidad nacional misma. El alma de Venezuela, pudiera decirse, y, por tanto, su definición, no sólo económico-política fundamental, sino primaria y principalmente, cultural. Y al decir esto se implica también, por supuesto, lo ético-religioso.  Por consiguiente, para la Iglesia el 7-0, no cabe indefinición, indecisión, in-diferencia, ni-ni. La opción coherente de los católicos el 7-0 tiene que ser en favor de la democracia pluralista y, por lo tanto, en contra del socialismo totalitario de índole marxista y castro-cubano, que propugna el oficialismo.
Tradicionalmente la Iglesia, en cuanto comunidad de creyentes, ha expresado, a través de su representación institucional, su neutralidad (la cual no es lo mismo que indiferencia) en los procesos electorales; no ha querido asumir lo que entiende por alineamiento político-partidista.  Esta vez, sin embargo, no puede haber neutralidad, pues ahora, el necesario alineamiento no es propiamente político-partidista, sino nacional, humano-cristiano. Lo que está de por medio, en efecto, son bienes no negociables pertenecientes a los Derechos Humanos, a un genuino Humanismo cristiano. Porque el Estado (Gobierno-Partido-Líder) no es el dueño de la libertad humana, de las propiedades y las convicciones morales y religiosas de los ciudadanos; no puede erigirse en Poder Absoluto. Sólo Dios es adorable.
Para la Iglesia no es moralmente decidible el que un sistema ideológico-político arrebate  o no la libertad religiosa y todas las libertades y derechos de los ciudadanos. Lo que sucede en Cuba y busca imponerlo en Venezuela el Socialismo del Siglo XXI, no es algo éticamente abierto a libre escogencia.
Al votar por la democracia, la Iglesia no se cuadra con un candidato, con un partido, con una Mesa o con la oposición.
Se cuadra con la Nación. 
Saquen ustedes sus propias conclusiones

No hay comentarios:

Publicar un comentario