lunes, 2 de abril de 2012

A ¡correr o caminar!
Combatiendo la obesidad paso a paso
La obesidad, un problema de salud multifactorial, ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y es la causa de muerte de al menos 2,6 millones de personas al año. Sin embargo, hay buenas noticias para aquellos que tienen una predisposición genética a la obesidad. Según un estudio científico del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, un estilo de vida sedentario, marcado por el hecho de ver televisión cuatro horas al día, aumenta la influencia de los genes sobre el tamaño de la cintura y hace subir en un 50% el índice de masa corporal (IMC). Pero, el efecto se puede reducir en un 50% si se camina a un ritmo constante durante una hora diaria. "La obesidad, así como sus enfermedades no transmisibles asociadas, es en gran parte prevenible". Según Mae Moreno, doctora y Máster en Nutrición Humana, la evidencia científica demuestra que la práctica constante de actividad física contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades  y es indispensable para el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente. Además permite alcanzar un estilo de vida activo y saludable porque influye directamente en mantener un equilibrio calórico (el balance entre la ingesta y el gasto calórico). “Para mantener un estilo de vida activo y saludable se deben practicar como mínimo 30 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada, 5 veces a la semana. También es de suma importancia mantener una alimentación balanceada. Es posible comer sano y rico al mismo tiempo. Debemos recordar que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas. Lo esencial es alimentarse e hidratarse adecuadamente y realizar actividad física de forma regular”, afirma la experta. El Colegio Americano de Medicina del Deporte señala que el cuerpo humano tiene cerca de 640 músculos y 206 huesos y está hecho para moverse. Sin embargo, las sociedades en los últimos 50 años han creado un ambiente que promueve una vida sedentaria, por ejemplo las personas permanecen más tiempo sentadas en sus lugares de trabajo, viendo televisión o usando la computadora, y caminan menos al utilizar automóviles u otros medios de transporte. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo es uno de los principales factores que pueden producir hipertensión, hiperglucemia, sobrepeso u obesidad y enfermedades cardiovasculares. Además, se le atribuyen 1,9 millones de muertes anuales. La OMS también indica que no  hay que confundir la actividad física con el deporte. Se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos (músculos estriados unidos al esqueleto, usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a través de su contracción), con el consiguiente consumo de energía. Esto incluye los deportes recreativos, el ejercicio programado y otras actividades tales como jugar y caminar.    Una manera sencilla de medir si se está realizando actividad física a una intensidad moderada, es que la persona esté caminando rápidamente y que a su vez pueda hablar sin que le falte el aire. “Si a usted le falta el aire cuando camina significa que probablemente va a una intensidad vigorosa para su nivel de condición física”, sostiene la especialista. “Algunos ejemplos de actividad física moderada son caminar a paso ligero, bailar o realizar las tareas domésticas. Correr, andar en bicicleta rápido, nadar rápido o mover grandes pesos son ejemplos de actividad física intensa”, menciona le experta. Ya lo saben. Cualquier detalle, pueden ubicarme en el Parque del Este, (Ahora Miranda), Los Caobos, la Cota Mil los domingos o la subida a Sabas Nieves.

 



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