A ¡correr o caminar!
Combatiendo
la obesidad paso a paso
La obesidad, un
problema de salud multifactorial, ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel
mundial y es la causa de muerte de al menos 2,6 millones de personas al año.
Sin embargo, hay buenas noticias para aquellos que tienen una predisposición genética
a la obesidad. Según un estudio científico del departamento de nutrición de la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, un estilo
de vida sedentario, marcado por el hecho de ver televisión
cuatro horas al día, aumenta la influencia de los genes sobre el tamaño de la
cintura y hace subir en un 50% el índice de masa corporal (IMC). Pero, el efecto se
puede reducir en un 50% si se camina a un ritmo constante durante una hora
diaria.
"La obesidad, así como sus
enfermedades no transmisibles asociadas, es en gran parte prevenible". Según Mae
Moreno, doctora y Máster en Nutrición Humana, la
evidencia científica demuestra que la práctica constante de actividad física
contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades y es indispensable para el buen funcionamiento
del cuerpo y de la mente. Además permite alcanzar un estilo de vida activo y saludable porque
influye directamente en mantener un equilibrio calórico (el balance entre la
ingesta y el gasto calórico). “Para mantener un
estilo de vida activo y saludable se deben practicar como mínimo 30 minutos
diarios de actividad física de intensidad moderada, 5 veces a la semana. También es de suma importancia mantener una alimentación
balanceada. Es posible comer sano y rico al mismo tiempo. Debemos
recordar que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas. Lo
esencial es alimentarse e hidratarse adecuadamente y realizar actividad física
de forma regular”, afirma la experta. El Colegio
Americano de Medicina del Deporte señala
que el cuerpo humano tiene cerca de 640 músculos y 206 huesos y está hecho para
moverse. Sin embargo, las sociedades en los últimos 50 años han creado un
ambiente que promueve una vida sedentaria, por ejemplo las personas permanecen
más tiempo sentadas en sus lugares de trabajo, viendo televisión o usando la
computadora, y caminan menos al utilizar automóviles u otros medios de
transporte. De acuerdo con la Organización Mundial de
la Salud (OMS), el sedentarismo es uno de los principales factores que pueden
producir hipertensión, hiperglucemia, sobrepeso u obesidad y enfermedades
cardiovasculares. Además, se le atribuyen 1,9 millones
de muertes anuales. La OMS
también indica que no hay que confundir
la actividad física con el deporte. Se considera actividad física cualquier
movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos (músculos estriados unidos al esqueleto,
usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a
través de su contracción), con el consiguiente consumo de
energía. Esto incluye los deportes recreativos, el ejercicio programado y otras
actividades tales como jugar y caminar.
Una manera
sencilla de medir si se está realizando actividad física a una intensidad
moderada, es que la persona esté caminando rápidamente y que a su vez pueda
hablar sin que le falte el aire. “Si a usted le falta el aire cuando camina
significa que probablemente va a una intensidad vigorosa para su nivel de
condición física”, sostiene la especialista. “Algunos ejemplos de actividad física
moderada son caminar a paso ligero, bailar o realizar las tareas domésticas.
Correr, andar en bicicleta rápido, nadar rápido o mover grandes pesos son ejemplos
de actividad física intensa”, menciona le experta. Ya lo saben. Cualquier detalle, pueden ubicarme en el Parque del Este, (Ahora Miranda), Los Caobos, la Cota Mil los domingos o la subida a Sabas Nieves.
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