Carta de Copei
a Diosdado Cabello
Diputado Diosdado Cabello
Presidente de la Asamblea Nacional República
Bolivariana de Venezuela.
Compatriota:
Todo ciclo histórico
tiene un comienzo y un final; no entender eso, es como intentar detener el
viento y dominar el mar. La voluntad del pueblo siempre se impone porque es más
poderosa que la fuerza del viento y el carácter del mar. Por esa fuerza de la
voluntad del pueblo ustedes llegaron al poder y por esa misma fuerza saldrán
del poder.
El asunto es el
siguiente; y es lo que me motiva a escribirle: Es innegable que usted, a los
ojos de la opinión pública nacional, se ha convertido en el representante más
emblemático del llamado “chavismo
radical”, no utilizo ese término de forma despectiva; muy por el contrario,
lo hago reconociendo una realidad socio-política de la Venezuela de hoy.
Siendo ese el caso,
mi intención con esta carta que le dirijo a usted; es la de comunicarme y
enviarle un mensaje claro y directo al pueblo chavista radical. Es anunciarles
la buena nueva de que los inevitables cambios políticos que vienen en Venezuela
también los incluirán a ustedes. Que el gobierno de Unidad Nacional que
propugnamos los socialcristianos debe garantizar el cambio en paz; y eso pasa
por que ningún venezolano se sienta perseguido o amenazado por su forma de
pensar. Ese compromiso nuestro con Venezuela, los incluye a ustedes: “los chavistas radicales”.
El presidente Maduro,
desconociendo su mandato constitucional, se ha referido en varias ocasiones, a
una Dirección Político Militar de la
Revolución; instancia que no está revestida de legitimidad, es abiertamente
inconstitucional, y menoscaba la autoridad jurídica y política de quien debería
comportarse como el jefe de Estado de todos los venezolanos. Se nos hace
evidente; que en esa espúrea Dirección
Político Militar usted es el más conspicuo representante del “chavismo radical”.
Compatriota Cabello;
si bien es cierto que usted ha sido estigmatizado por varios sectores de la
sociedad venezolana; no es menos cierto que usted ha hecho méritos para ello.
La amplitud y la tolerancia deben ser la égida bajo la cual actúe el presidente
del poder legislativo, primer foro político del país, recinto de pluralidad y
casa de las leyes. Eso que nuestro Libertador llamo: “depósito de nuestra soberanía,
fuente de la autoridad legítima y árbitro del destino de la nación”.
Lamentablemente son varias las veces que usted ha faltado a ese mandato, y los
ataques agresiones e incluso las calumnias que usted puede haber recibido no
pueden ser el argumento para faltar al dictamen bolivariano de respeto al
augusto poder legislativo. Usted tiene el derecho de decir las cosas que
piensa, ser sincero no es un crimen; pero es menester respetar la dignidad del
prójimo. Sin ánimo de darle consejos, le decimos que aún tiene tiempo para
rectificar, y darle a la presidencia de la AN la máxima majestad posible.
Porque esa majestad no le pertenece a usted, es la majestad soberana del pueblo
que lo puso a usted allí.
En todo caso; esta carta
no es para hablar de usted. Con estas líneas queremos enviarle un mensaje de
paz e inclusión al “chavismo radical”.
Vienen tiempos de cambio, y en Copei
estamos comprometidos a que esos cambios se hagan en paz; la mejor garantía para esa paz es el respeto
irrestricto de la Constitución Nacional, de los derechos y garantías que la
Constitución le da a nuestro pueblo, lo que implica el restablecimiento del
pacto social venezolano contemplado en la misma y roto por ustedes.
Naturalmente, el cambio en paz no implica impunidad para quienes hayan faltado
a la ley y al decoro en la administración de los recursos públicos. Es allí, donde los socialcristianos ponemos
nuestra oferta, y juramos nuestro compromiso con el pueblo.
Como lo dije en la cadena de radio y televisión del
10 de abril, el modelo socialista fracasó. Usted puede
molestarse, pero es la verdad. Los tiempos políticos son diferentes a los
tiempos humanos, pero la salida de ustedes del poder es inevitable. Será
constitucional, pacífica y electoral. A ustedes les corresponderá pasar a la
oposición y a nosotros respetarlos y gobernar para todos los venezolanos. De
eso se trata el compromiso de constituir un gobierno de Unidad Nacional.
A los
socialcristianos, por los principios y valores que nos rigen, nos toca hacer
esfuerzos incansables por la paz y la unidad afectiva de nuestro pueblo,
independientemente de las diferencias políticas. Los socialcristianos de Europa
lo hicieron después de la 2da Guerra Mundial, fueron los artífices de la
reunificación europea; Alemania, Italia; Francia, entre otros, son ejemplos
irrebatibles de nuestra vocación por la paz y la prosperidad. Lo mismo puede
decirse de los socialcristianos chilenos después de 15 años de dictadura
militar. En Venezuela, hicimos lo mismo,
logrando la pacificación del país después de una dolorosa y cruenta guerra de
guerrillas. Dentro de nuestra realidad y la especificidad del caso
venezolano en la actualidad, estamos resueltos a hacer lo mismo. Unir, respetar
e incluir.
Si usted quiere
reunirse con nosotros, estamos a la orden. Si prefiere tirarnos un portazo
o lanzarnos dicterios y ofensas; le adelanto que pierde su tiempo. No es nuestro
hábito responder una ofensa con otra ofensa. La nuestra es una lucha de ideas,
valores y principios. Como nos enseñó San Lucas: “Bendice a quien te maldice,
perdona a quien te ofende, dale amor a quien te odia, trata a tu prójimo como
te gustaría que te traten a ti” .
Es por ello que desde
hoy, en medio de la difícil crisis sistémica que atraviesa Venezuela; los
socialcristianos nos comprometemos con todo nuestro pueblo, a trabajar por un
Gobierno de Unidad Nacional que garantice la paz social, la gobernabilidad
política, la prosperidad de todos sin excluir, perseguir ni amenazar a nadie.
A los “chavistas radicales”, ante el cambio
político que ha de venir, les decimos aquella frase que nos enseñó el santo de
nuestro tiempo Juan Pablo II: “NO TENGAN MIEDO”.
VIVA VENEZUELA UNIDA, PROSPERA Y EN PAZ.
Roberto Enríquez
Presidente
COPEI
Partido socialcristiano
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