Respuesta
de
Ricardo
Hausmann
a
Nicolás Maduro
Por Ricardo Hausmann
Fecha: 16/12/2014
Terminando un viaje que me llevó
a Albania, Sur Africa, India y Kazakhstan, donde he hablado con los gobiernos
de esos países sobre como enfrentar sus problemas, me encuentro con que Nicolás
Maduro nuevamente me quiere hacer responsable de su fracaso.
Aparentemente, el
problema financiero de Venezuela no tiene nada que ver con decisiones tomadas
por él -deficit fiscal de 20% del PIB, control de precios, diferencial
cambiario de más 2600%, inflación de 3 dígitos, expropiaciones – sino con una
supuesta conspiración liderada por 2 intelectuales venezolanos, por lo demás súper-ocupados
en docenas de otras actividades públicas y notorias.
Es realmente insólita la
capacidad de Maduro de culpar a los demás por cosas que son de su estricta
responsabilidad. A Venezuela la consideran el país más riesgoso del
mundo porque, como lo dijera The Economist, es el país peor administrado
del mundo. Las calificadoras de riesgo, con las que no me he topado en años,
tienen una opinión muy positiva de Bolivia, pero no ven a Venezuela con los
mismos ojos. ¿Será que los niveles de
deuda, de déficit, de emisión monetaria, de expropiaciones, de distorsiones
cambiarias tengan algo que ver en esa diferencia de calificación entre países
del ALBA?
Pero ya que estamos en
esto de comentar esta noticia, quisiera destacar también las pequeñas mentiras
de ese violador de la constitución y los derechos humanos que es el déspota que
manda en Venezuela. No es verdad, como afirmó anoche Maduro, que yo
salí de Venezuela “expulsado por la avalancha revolucionaria liderada
por Chávez”. Yo salí de Venezuela
en Febrero de 1994 para tomar la posición de Economista Jefe del Banco
Interamericano de Desarrollo y estaba en esa posición cuando Chávez ganó las
elecciones en 1998. No es verdad, más bien es una estupidez, afirmar que las
calificadoras de riesgo gobiernen o sean gobernadas por el FMI y el Banco
Mundial. Son muchos los casos donde el mercado no comparte la
apreciación de las calificadoras y los bonos se negocian con primas de riesgo
muy distintas a las que implica la calificación. Son muchos los casos también
en los que las 3 principales calificadoras difieren en su opinión. Pero en el
caso de Venezuela todos comparten la misma opinión. Son miles de instituciones
y personas las que poseen y negocian los 130.000 millones de deuda externa que
tiene el país y en esos mercados la prima de riesgo se ha disparado por encima
de los 2200 puntos, la más alta del mundo. Muchos poseedores de deuda
venezolana cubren el riesgo de default pagando las primas de riesgo más altas
del mundo: primas que implican una probabilidad de default del 94% en los
próximos 5 años. Esa no es la opinión de unos pocos. Es la convicción a la que
han llegado miles de instituciones y personas después de constatar la
incapacidad de gestión de Maduro. Esperaron por las promesas de Ramírez,
esperaron por el Revolcón, esperaron por la Revolución Fiscal, también conocida
como El Cañazo, esperaron por anuncio tras anuncio y se dieron cuenta que el
hombre no sabe lo que hace y miente como un descarado.
El problema de Venezuela no somos
Moisés Naím y yo. Si Maduro quiere buscar un culpable, que se
mire en el espejo. Son Maduro y su pajarito eterno los que desperdiciaron
el mayor boom petrolero de la historia del país y ahora no tienen como pagar
sus compromisos. En el mismo período, países petroleros como Kazakhstan
acumularon 3 años de exportaciones de petróleo en su fondo soberano y no tienen
dificultad en enfrentar la actual caída de precios. Pero Venezuela aprovechó
los altos precios para endeudarse aún más y crear una situación insostenible
aún a 100 dólares el barril. Por eso es que con el barril aún a 100 dólares, el
dólar negro pasó de BsF 10 a 100 entre septiembre de 2012 y septiembre de 2014.
Maduro no
es capaz de administrar la crisis en la que metió a Venezuela. No es capaz de
entender sus causas, diseñar soluciones, construir alianzas, perfilar un futuro
viable y promisorio y entusiasmar a venezolanos y extranjeros a que participen
en la construcción del país. Más bien, Maduro cree que nombrando 27.000 nuevos
fiscales de precios y desplegando a la Guardia Nacional Bolivariana en la
frontera va a recuperar la economía del país. Maduro está tan perdido que
utilizó la recién caducada Ley Habilitante para pasar 50 leyes que en nada
ayudan a enfrentar la crisis en la que metió a Venezuela. Maduro cree que los
problemas del país son causados por una guerra económica, sin darse cuenta que
son sus políticas las que le han hecho la guerra a las posibilidades económicas
del país. Y esa guerra si la está ganando.
Venezuela tiene futuro,
pero Maduro no sabe dónde queda ese futuro y no sabe cómo conducirnos a él. Y
nadie puede conducir a un país hacia un mejor destino a punta de mentiras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario