CUIDADO, NO AZUZAR AL 4º JINETE…
GD.
Oswaldo Sujú Raffo.
Pdte.
del IDEFV. 26-11-2014
Incitar al odio, a la confrontación armada y a
los desvaríos entre compatriotas, es tan criminal como cualquier genocidio,
peor aún, es más dramático que una confrontación bélica entre dos países
rivales. ¿Cuántas veces se ha dicho ó
mencionado el fantasma de una guerra civil, en esta Tierra de Gracias?
Es frecuente expresiones similares, en entrevista y escritos para confundir,
alarmar ó disimular diabólicas intenciones…Durante 15 años ha privado la confrontación aupada por los
gobernantes y otros, en vez de la unión armoniosa entre venezolanos sin
distingo social ó político; es decir la razón de Cristo fue birlada por la de
Maquiavelo (dividir para vencer)…La situación nacional actual, en todos los
aspectos, no está para mencionar “la soga en la casa del ahorcado”,
ni mucho menos para azuzar al 4º Jinete del Apocalipsis 6:8 ( El símbolo de la muerte y
de la devastación, de la guerra y de la hambruna, de las plagas y de las
enfermedades). Los dementes ó alienados que la incitan, así como los ignaros e
indiferentes deben meditar sobre lo
siguiente: La primera guerra civil en Venezuela comenzó en 1810, inicio de
nuestra era de Independencia hasta el año de 1815, en ese lapso los batallones
y escuadrones realistas estaban conformados por venezolanos en su mayoría, bajo
los mandos de Monteverde, Zuazola, Morales, Boves y otros jefes realistas hasta
que llegó el Ejército Expedicionario Español de 17.000 soldados al mando del
Gral. Don. Pablo Morillo. Nuestro país pagó con creces su independencia con
vidas, devastación de campos, pueblos y ciudades, deudas y las secuelas de una
cruenta guerra. Luego en 1859 estalló la Guerra Federal, impulsada por Zamora y
Falcón, hundiendo en mayores desgracias
los llanos y centro del país en fieras batallas, en donde los
venezolanos se aniquilaban con saña y sin compasión. En 1863 en la Hacienda
Coche se firmó la paz de esa guerra
civil, que costó 200.000 víctimas entre muertos y heridos. La lucha por el
Poder ó lo que “permite” el Poder, provocó otras contiendas civiles, guerrillas
regionales y golpes de Estado; sumiendo al país en mas atraso socio-económico y
geopolítico hasta la llegada del siglo XX. Los estigmas de pérdidas
territoriales en el occidente
y oriente del territorio nacional, por la ambición sin límites de potencias
mundiales y de vecinos expansionistas que se aprovecharon de nuestros
conflictos internos, deben ser un alerta permanente para nosotros…Pero, existen
ejemplos no tan lejanos de lo trágico y nefasto de las guerras civiles. En
nuestra Madre Patria, España, desde 1936 al 1939 estalló la guerra civil entre
nacionalistas y republicanos que destruyó el país y provocó casi un millón de
muertos y heridos, la mayoría civiles no beligerantes y un trauma social que
aún persiste. En 1965 estalla la guerra civil en la República Dominicana, duró
pocos meses pero con cientos de muertos y destrucción. Liberales contra
reformistas procastristas ensangrientan el país; la O.E.A solicita una Fuerza
Internacional de Paz y algunos países del continente (Brasil, Honduras,
Uruguay, Nicaragua y Costa Rica) envían una simbólica representación militar de
1.745 soldados; la mayor fue la de los EE.UU con 42.000 marines y en poco
tiempo se logró la paz, pero la ocupación militar duró un año… La terrible
guerra civil de Nicaragua, tan cruenta como cualquiera, terminó en su primera
parte con el triunfo de la Revolución Sandinista en el año 1979. En Julio de
1980, al año del fin de la dictadura somocista, viajé con la comitiva de
Venezuela al acto aniversario. Pude
observar la destrucción del país y los daños por los combates en ciudades,
pueblos, calles, edificios, casas y servicios públicos. En Masaya, Matagalpa y
otros sitios todavía se advertían lugares con manchones de grasas y
la fetidez de la incineración de cadáveres descompuestos, víctimas de los
combates. Luego continuó la guerra civil entre los sandinistas y la Contra-revolución hasta el año de 1989, muriendo cerca de 50.000
nicaragüenses, más civiles que beligerantes. En El Salvador, el país más
pequeño de América (21.156 kms2) estalló la guerra civil desde 1980 hasta 1992,
entre las fuerzas del Gobierno y sus bandas
paramilitares, contra los guerrilleros del Frente “Farabundo Martí”. Este largo
enfrentamiento civil, ocasionó la muerte de 75.000 salvadoreños, el 80% civiles
no combatientes. Recuerdo que, siendo alumno del I.A.E.D.E.N en 1983, viajé en
la gira de estudios del Curso Nº 13 hasta Honduras, con un alto en el
aeropuerto San Salvador; el avión prácticamente vacío se llenó con una multitud
de viajeros agitados, desesperados y
empobrecidos que colmaron la aeronave y de inmediato, las aeromozas procedieron a fumigar el avión y luego rociar desodorante aerosol…La joven
madre que iba a mi lado con su niño, me dijo: “Señor me disculpa, yo sé que no
huelo bien, tengo mucho tiempo sin usar jabón, crema dental ni desodorantes y
otras cosas…solo usaba leche de magnesia y agua..” Esa triste, pero
dramática confesión de esa madre me hizo pensar al instante: “Ojalá esto nunca pase en Venezuela…por
Dios”.
Tomé la libertad de mencionar estos casos
recientes y terribles, por considerar que en estos 15 años hemos visto grandes
pérdidas de vidas humanas, a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional.
Más víctimas fatales que las que hoy ocurren en países en guerra civiles del
Africa y del Medio Oriente. Esta fatalidad, por la violencia desbordada
hamponil, por los grupos civiles armados fuera de todo control y por los
excesos de militares represivos del régimen, señala quienes tienen las armas.
¿Qué carajo de guerra civil puede haber si ya tenemos una… y con un solo bando
armado? Los chiflados que la incitan; (por cierto deben tener medios aéreos,
yates y abultadas cuentas bancarias)
serán los primeros en “pirarse” si por
desgracia se forma el peditum (Latin), en estas vernáculas comarcas.
Compatriotas civiles y militares que quieren esta Patria de Simón Bolívar, El
Libertador, no ignoremos lo que Venezuela representa en el Mundo; su posición
geográfica, sus inmensos e inagotables recursos de todo tipo, riquezas
naturales y minerales, todo un “bocatto di cardinale” para países imperiales. ¿Lo
dudan?. Por todo lo antes expuesto: NO
AZUZAR AL 4º JINETE… Los
venezolanos sabemos que debemos hacer y qué ejemplo seguir, como hizo el pueblo
de Ucrania y el de Rumania, sin necesidad de caer en una vorágine sangrienta y
diabólica, por culpa de pocos y la indiferencia de muchos. Los venezolanos
queremos paz, libertad, progreso económico, democracia, seguridad social y
sobre todo respeto a las Instituciones, a la Carta Magna y a la Soberanía
Nacional. Un pueblo unido jamás será vencido y en la unión está la fuerza, de
esta Venezuela tuya, mía y nuestra. ¡La Patria es primero! ¡Fuera los
castrocomunistas, los chulos y vividores. Hasta luego!
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