Otra vez
¡El Burdel del Caribe!
Pornografía
en Cuba:
Un
negocio floreciente
A pesar de las leyes que prohíben tanto
la importación, la producción así como el consumo de pornografía en Cuba, los
sucesivos escándalos que involucran a alumnos, profesores y hasta centros de
estudios en todos los niveles de educación, indican que la pornografía es un
tema importante en la sociedad cubana actual, a pesar de que no ocupa espacio
en la prensa oficialista, mucho menos en charlas o programas educativos que
hablen de la sexualidad.
A juzgar por
tanto silencio, pareciera que en Cuba no existe la pornografía cuando en verdad
todo indica que es un negocio floreciente, muy vinculado a la prostitución y a
la necesidad de los jóvenes de encontrar fuentes de ingresos mucho más acordes
con la realidad económica del país.
Se ha hecho
habitual que circulen por internet o, en el caso de Cuba ―donde es muy
controlado el acceso a las redes―, se vendan en algunos negocios privados de
películas de todo el país, videos pornográficos de estudiantes de la
Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). En verdad es una especie de “pequeña industria” que va ganando
espacios en reconocidos sitios digitales, al punto de que tanto quienes
comercializan el producto como aquellos que lo consumen lo identifiquen con el
nombre genérico de “videos de la UCI”,
lo que equivale a una buena parte de la que pudiera llamarse “producción criolla”.
Al respecto nos
habla el joven Iván Morales, que reconoce
haber visualizado algunas de estas películas:
“Son los propios
estudiantes que, para ganarse un dinero, ellos mismos filman las películas y,
como tienen acceso a internet y saben cómo evadir el control, también las suben
ellos mismos o en arreglo con los profesores, de eso no hay dudas. Yo tengo
algunas en mi móvil, que me las han pasado amigos míos pero las puedes comprar
por dos o cinco dólares a cualquier vendedor de discos. Claro, no puedes ir y
dispararle a la cara, tienes que saber entrarle. Lo mejor es ir a una
discoteca, ahí las encuentras fácil. O si tienes internet sin proxy las bajas
en algunos sitios gratis. Si dices que buscas ‘videos de la UCI’, todo el mundo
sabe de lo que estás hablando”.
Una estudiante de la UCI, que ha pedido no ser identificada, nos
da testimonios personales de la realidad que se vive en ese centro de estudios:
“Tengo amigas que han
hecho películas y las han subido a internet con ayuda de profesores. Sé que han
ganado mucho dinero con eso y hasta tienen sus propias páginas. (…) Las hacen
en sus cuartos. Hay muchas que también se anuncian desnudas y después vienen
los extranjeros a Cuba y las buscan. Así ganan más que las jineteras. Yo una
vez estuve a punto de hacer un videíto con mi novio y subirlo pero después me arrepentí.
Él sí lo hizo con una de tercer año que es una loca y se ganaron trescientos
dólares. Después de eso nos peleamos”.
No solo en la UCI la
pornografía es un ejercicio habitual. Otras escuelas del país se han visto
involucradas, como es el caso de la Secundaria
“Desembarco del Granma”, en el Reparto
Eléctrico, de donde han salido grabaciones y fotos que actualmente circulan
en los móviles y tabletas de muchos jóvenes de la comunidad. Al respecto nos
habla un estudiante de 9no. Grado: al que entrevistamos a la salida de la
discoteca de la localidad, después de verlo exhibir un video pornográfico en su
móvil, a un grupo de adolescentes que luego lo compartieron en sus teléfonos:
“Tengo un yuma (extranjero) que me da 10 fulas (dólares) por una foto y 40 por un
video. Yo y una jevita, claro. Todos son de mi aula, menos una que es de 8vo.
(…) Dos o tres veces lo hicimos en un aula, en el piso, en las mesas. Hablamos
con el custodio y nos quedamos después de las 6. (…) Le dimos 5 fulas. (…) Las
otras las hemos hecho en casa de un socio (…). Hay otro yuma que siempre nos
compra más barato pero es fijo. Todo lo que le damos lo compra”.
Por lo barato
que resulta contratar a los “modelos”, muchos de ellos menores
de edad, la capital cubana ha sido el escenario de filmación tanto de famosos
pornógrafos como Kevin Slack, así como de administradores de pequeños sitios
gay en internet que hasta ya exhiben apartados para los cuerpos desnudos de “cubanos de La Habana”. Sobre este
nuevo “renglón turístico” hablamos
con Javier y con Joel, dos jóvenes camagüeyanos que, como uno
de ellos afirma durante la conversación, ¡viven
“de lo que venga!”:
Nos dice Javier: “Cuando
llegué a La Habana no tenía trabajo ni donde quedarme. Dormí dos días en un
parque hasta que conocí a un yuma que me llevó para su casa. Yo tenía 17 años.
(…) No nos acostábamos. Él solo me hacía fotos en el baño, desnudo, o en el
cuarto, en la piscina, también íbamos a Mi Cayito (una playa frecuentada por
gays al Este de La Habana). Siempre yo solo. (…) No sé si era para ponerlas en
internet pero yo tampoco le pregunté. No sabía nada de eso. Así estuve hasta
que él se fue. (…) Todo eso es normal. Lo que ahora sé es que si alguien quiere
tirarme fotos tiene que pagarme. Y nada de 5 dólares, de 20 para arriba. (…)
Hice un video para unos canadienses. Éramos tres chamacos y una jeva. Por ese
nos pagaron 500 dólares a cada uno. (…) Un socio me presentó a unos españoles
pero ellos querían darme solo 100 dólares y les dije que no. Era una película
de maricones (…). Yo no tengo nada en contra de eso pero 100 dólares es una
estafa, mira, yo vivo de lo que venga y hago lo que tenga que hacer pero no soy
bobo”.
Por su parte, Joel
da detalles de lo que sucede actualmente en
La Habana:
“Es que no hay dinero. Y
cuando tu llegas de Oriente, donde no hay nada, y ves que aquí en La Habana hay
que luchar muy duro, cuando te dicen 5 dólares o lo que sea tú no estás
pensando en si van a subir los videos a internet o no. Tú solo estás pensando
en lo que te van a pagar. Después con los años uno aprende cuánto vale una cosa
y la otra. Todos esos videos y las fotos circulan aquí en Cuba, la gente los
tiene, y esto es así de chiquitico. Hay quien dice que no ve porno pero tú
sabes que eso es mentira. Después todo el mundo sabe quién eres y lo que haces.
Pero hay que vivir de algo, ¿no?”.
Negado a aceptar
que ese prototipo de “hombre nuevo”,
sin apetitos ni deseos individuales, sacrificado por la revolución en cuerpo y
alma, ha sido un fracaso estrepitoso y que en verdad ha sido el socialismo el
mayor obstáculo para que los jóvenes se desarrollen plenamente, el gobierno
cubano continuará corriendo una cortina maltrecha sobre un tema que le resulta
molesto no solo por incontrolable sino porque demuestra las dobleces del
proceso político.
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