OPINIÓN 20/05/17
Y QUE
¿Quiénes son los
cobardes?
Salomon Benshimol R.
sbenshimol@yahoo.com
El adjetivo
cobarde se aplica al que carece de valentía para realizar una acción de riesgo
o para enfrentar una situación que supone un desafío complejo o que acarrea
algún
tipo de peligro. Cobarde también es
aquello que se realiza con cobardía.
La
cobardía es una calificación despectiva para aquel que obra con ausencia de
valor, temeroso y exageradamente cauto; o directamente no actúa cuando le
corresponde hacerlo, ya que teme afrontar las consecuencias de su accionar. Por
ejemplo, se dice que es un cobarde aquel que deserta del campo de batalla; el
que cambia sus ideas si se siente amenazado o el que abandona a sus hijos para
no hacerse cargo de sus responsabilidades paternas.
¿Qué
significa ser cobarde?: lo podremos definir, claramente, como una persona que
es temerosa de enfrentarse a alguien o a algo de tomar una decisión por sí
mismo(a). Es alguien que se escuda detrás de otros, que habla, acusa a otro sin
que aquel esté presente. Se avergüenza de que lo descubran y nunca asume su
responsabilidad. Es muy arrogante y agresivo cuando está en grupo o con otros
que le apoyan. Pero muy tímido y débil para hablar con alguien frente a frente.
El
cobarde siente miedo y a su vez no confía en sus propias capacidades para
enfrentar el peligro. Conocemos y sabemos de lo que somos capaces. Si alguien
se está ahogando lejos de la playa y no sabe nadar es prudente que alertemos la
situación y busquemos ayuda en quienes pueden darla, ya que en este caso si nos
arrojáramos a salvarlo, cosa que sería imposible pues no tenemos los recursos
para hacerlo, no seríamos valientes sino temerarios. Sin embargo, si sabemos
nadar y el miedo nos paraliza para salvar a alguien, sí sería un acto cobarde.
La
cobardía es un vicio que comúnmente se considera como la degeneración de la
prudencia, degeneración que lleva a toda anulación del valor. Se puede
considerar como un exceso de prudencia tal, que es incapaz de encarar
consecuencias, generalmente es vista con desprecio en la mayoría de las
culturas, si no es que en todas, mientras que lo contrario, el valor, se recompensa
y se anima.
Hoy
debemos y tenemos que reconocer la valentía, la gallardía y el honor de todos los venezolanos que, de
forma pacífica y democrática, buscan la manera de devolverle la democracia y la
libertad a nuestra amada Venezuela, aunque desde el régimen y del coro de
segundones que no tiene nada ver con el gobierno, pero asumiendo vocería que no
les pertenece, ya que son simples
dirigentes del partido oficial, hacen anuncios oficiales como aquel que
dice: “Aquí no habrá elecciones”, y otras bravuconada más, amparados en las
armas de la patria, vilmente usurpadas.
Todo
el mundo ha visto la brutal agresión y las muertes que ha ocasionado. Contadas
hasta el momento de escribir esta nota ya suman más de cuarenta, la mayoría
jóvenes que no llegan a los treinta años, a quienes, al defenderse de esa
brutal agresión, se les tilda de asesinos, terroristas, para poder juzgarlos
vilmente por los tribunales militares, algo que no tiene ni pie ni cabeza.
En
nuestro criterio, el crimen que se comete contra esos jóvenes es de lesa
humanidad y sus practicantes, tanto intelectuales como ejecutores, deberán
pagar por ello algún día. Sin embargo, y a pesar de esa brutal represión,
nuestros jóvenes, acompañados por la gran mayoría del país, triunfarán y este
protervo régimen tendrá que aceptar las condiciones que se han de imponer y se
logrará cumpliendo con la constitución y el máximo principio de democracia, ya
que los demócratas venezolanos no aceptaremos nada que atente contra esa
constitución.
Conclusión:
ser cobarde es tan grave que los seres humanos consideramos altamente
condenable y para Dios es causa para ser rechazado o aceptado en su reino. ¡¿Seguirás siendo cobarde o cambiarás de hoy en adelante y defenderás a tu
pueblo?!
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