jueves, 4 de agosto de 2011

La nueva visión de Las TIC transforma

 El escenario de Educación en América Latina
En los últimos años, la sensación que se tiene es que el campo del conocimiento crece cada día sin parar. De tal manera que se generan nuevos procesos, técnicas y campos de aplicación a un ritmo que, tan sólo décadas atrás, parecía imposible. La sociedad ha pasado de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento, en la cual todos pueden ser participantes y coautores del enriquecimiento cultural, científico y tecnológico de las comunidades. En este contexto, el aprendizaje permanente juega un papel primordial. Sin embargo, es común que, al hablar de aprendizaje permanente, se trabaje el concepto poniendo de relieve la educación continua de adultos. Pero el aprendizaje permanente debe contemplar también la capacidad de niños y jóvenes de adquirir hábitos de estudio que sienten las bases de una actitud comprometida con la superación personal. Una de las formas para que los estudiantes desarrollen habilidades para el proceso de educación es por medio de la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En el campo educativo, la adopción de las TIC plantea la necesidad de que tanto profesores como alumnos adquieran conciencia del potencial que puede desarrollarse con este tipo de herramienta y su consecuente aplicación a los procesos de aprendizaje. Esto, porque un estudiante con acceso a una computadora conectada a Internet se encuentra en una situación ventajosa para desarrollar las habilidades indispensables en la sociedad actual. Es decir, por medio del uso de las TIC, profesores y alumnos pueden expandir sus posibilidades y enriquecer sus experiencias en el aula y en actividades extracurriculares que reflejen los aprendizajes obtenidos, dando por resultado un saldo positivo de formas novedosas de enseñar y aprender, al explorar los beneficios del uso de estas herramientas. No obstante, la adopción de las TIC en el proceso de educación en América Latina enfrentó barreras significativas hasta implementarse de forma efectiva en toda la región. Aún en el año 2005 había líderes en la esfera educativa que no creían en la utilidad de las TIC para enriquecer los métodos de enseñanza. Muchos cuestionaban si estas herramientas podrían proveer cambios y mejorías a los estudiantes y profesores. Esta inseguridad hizo que los gobiernos dejasen de invertir por muchos años en este campo de aplicación educativa, llevando las TIC como un tema secundario en el campo de la educación. Por seguir de cerca el desarrollo económico y social de los países en los cuáles está presente, Intel en aquel momento ya realizaba sus aportes al tema y desarrollaba, además de sus programas de capacitación de educadores, como el Programa Intel Educar, el Programa Intel Aprender y el apoyo a ferias científicas, iniciativas que pudieran ayudar a impulsar la implementación de las TIC en América Latina. Así, trabajando al lado de las autoridades gubernamentales, Intel lanzó, en primer lugar, el concepto de las classmate PCs – netbooks especialmente diseñados para el uso escolar de niños de educación inicial y primaria. Este fue un paso fundamental, pues los gobiernos querían experimentar la mejor forma de iniciar la nueva metodología de enseñanza y, con este programa de Intel, una serie de países latinoamericanos empezaron a hacer pilotos de la plataforma en las escuelas, obteniendo resultados positivos y experimentando una manera diferente de aprendizaje. “En este momento se estableció un cambio de paradigma muy importante: los gobiernos percibieron la finalidad y los beneficios de las TIC y pasaron a invertir en la herramienta. Una actitud que revolucionó el escenario de Educación en América Latina y un proceso en el que Intel ejerció un papel primordial”, cuenta Mario Villalta, director del Programa Intel World Ahead para América Latina. En total, Intel desarrolló más de 38 pilotos de integración de las TIC en la educación en 11 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay y Perú. Además, capacitó a más de 200 mil educadores en el uso de las computadoras para la educación a través de sus programas.
Acerca del compromiso de Intel con la educación
El impulso de la educación por medio de programas que inspiran la adquisición de las llamadas habilidades del siglo XXI es una de las áreas de responsabilidad social en donde Intel ha trasladado su espíritu innovador gracias a esfuerzos como: Colaboración con la UNESCO y la OCDE para discutir el desarrollo de estándares educativos y adaptarlos a las necesidades del siglo XXI. Asociación de Intel con más de 50 gobiernos para ayudar al desarrollo profesional de docentes de educación básica. Trabajo con decenas de universidades en todo el mundo para acelerar los procesos de innovación por medio de proyectos de investigación y del impulso al emprendimiento tecnológico. Impulso a las ciencias y a las matemáticas con la organización de ferias que reúnen miles de proyectos de jóvenes estudiantes de bachillerato.

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