¿EN UNA SITUACIÓN DIFÍCIL?
¡ASÍ SE PIENSA!
Ciertamente la situación actual nos mantiene a los venezolanos más que expectantes, y/o/hasta ¡Miedosos con tortícolis! (volteando todo el tiempo ¡Pa´tos laos! y cuidándonos en lo posible de un atraco, un botellazo, una pedrada y/o/hasta de un balazo. Y es por ello que coincidimos con nuestro colega y mejor ¡Sobrinazo! Mario Augusto Beroes en el artículo que les transcribimos a continuación
¡Chamo, protesta!
Pero sin capucha y con conciencia
Mario
Augusto Beroes Ríos
Miedo, temor, angustia… una piedra en el
estómago. Todo esto y muchas sensaciones más, todas negativas, me acompañan
desde hace ya ocho días cada vez que se, que oigo, que me entero de cualquier
movilización estudiantil. Intuyo sus resultados de heridos y, desgraciadamente,
ya de muertos.
¿Qué
nos está pasando y por qué esto sucede? ¿Se nos fue el país de las manos? ¿Nos
enfrentamos a un Gobierno que no le importan los Derechos Humanos; que no le
importan nuestros estudiantes? ¿Es que nuestros jóvenes no entienden que hay
leyes que debemos respetar? ¿Quién es el equivocado y hasta dónde vamos a
aguantar?
Creo
que los estudiantes; esa juventud que se educa en nuestros centros de estudios,
públicos y privados, tiene todo el derecho a dar a conocer su inconformidad. Es
su derecho; están en la edad en que tienen, y deben hacerlo. El Gobierno está,
también, en la obligación de oírlos; de atenderlos y de presentarle soluciones.
Más cuando sabemos que la crisis educativa nos está golpeando de la manera más
despiadada. Como padre de una estudiante de los últimos años de bachillerato lo
percibo. A pesar de los esfuerzos educativos y económicos, tanto nuestros como
de los profesores del instituto donde estudia, palpo esa deficiencia
informativa y educativa, que me preocupa. Sé que esto no es de hace 15 años.
No, viene de mucho más atrás y combina mala formación con poca autoestima;
bajos salarios profesorales con un decadente estímulo a los educadores. Lo viví
como profesor universitario muchos años, y por eso, muy a mi pesar, dejé de dar
clases a nivel universitario, donde la “bomba”
de la ignorancia y la mala preparación de la mayoría de los estudiantes, me
mostró la más falaz de sus facetas.
Creo
que esto, unido a la situación económica y social del país han incubado un “germen
contestatario” en los adolescentes, que avizoran con poco optimismo su
futuro en nuestro país. Eso, y una política represiva, donde todo el que
protesta es visto como “enemigo del proceso” ha ayudado al
caos que padecemos desde hace una semana. La represión n o es la solución.
Dispararle a los estudiantes como si fueran trofeos de caza no es lo indicado
señores del Gobierno. Las fuerzas policiales deben disuadir y contener las
protestas. Tampoco el destruir bienes públicos y privados es la solución y
“encapucharse” para hacerlo es la muestra más evidente de la cobardía y la
sinrazón. ¡No, así no se exigen nuestros derechos”.
Ojalá
y tuviese alguna solución que plantear. No, y lo reconozco con tristeza. Pido a Dios, a Alá, a Buda, a Yavhé que
esto acabe. No más estudiantes muertos o heridos; no más padres
apesumbrados; no más hogares destruidos por un dolor que es irreparable, porque
la muerte de un hijo es un dolor que nunca se cura…Y eso lo sabemos ambos
bandos. (@marioberoes22;
marioberoes@hotmail.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario