viernes, 21 de febrero de 2014

SALUD:Donantes de riñón sin limitaciones

Según estudio realizado por
Siempre que lleve una vida normal, saludable y sin excesos
El donante de riñón vive su rutina
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 sin limitaciones                    
Para los pacientes con padecimientos crónicos degenerativos cuya consecuencia es la insuficiencia de algún órgano, la donación representa una oportunidad invaluable de mantenerse con vida. Tal es el caso de las personas con insuficiencia renal  que necesitan someterse a este procedimiento debido a que el tratamiento con diálisis ya no les garantiza mejoras en su calidad de vida.
Si bien es común que los órganos provengan de donantes cadáveres, las personas en vida también pueden ser donantes, siempre y cuando se ofrezcan de forma voluntaria y tenga algún parentesco hasta quinto grado de consanguineidad con la persona que necesite ser trasplantada. Es decir, hijos, hermanos, tíos, sobrinos y hasta primos. No obstante, la decisión de ayudar a otra persona de esta manera, está llena de “mitos” que hacen que la acción no sea tan frecuente.
 La doctora Anabela Arminio, Coordinadora Médico de Trasplante del Hospital Universitario de Caracas, explica que opuesto a lo que generalmente se cree, la salud de la persona que dona un riñón en vida, no disminuye ni queda limitada, pues el riñón restante suple la función del ausente. Lo único que debe hacer la persona después de donar su órgano, es llevar una vida sana, sin fumar, ni beber en exceso.
A su juicio, el estilo de vida saludable, debe estar acompañado de control médico periódico. “Al donante, luego del procedimiento, debe  vigilársele  la función renal mediante pruebas de laboratorio y la tensión arterial para descartar y prever irregularidades. Lo mismo pasa antes de la intervención, pues con la intención de evitar complicaciones a futuro, a quien desee ser donante se le hace una revisión minuciosa de su estado de salud y función renal para descartar que padezca patologías como: hipertensión arterial, diabetes, infecciones urinarias, entre otras que pudieran conducir a alguna alteración en la función del órgano más adelante”, aclara.
En cuanto a la nefrectomía -intervención quirúrgica a la que se somete el donador-, admite que es una cirugía físicamente dolorosa debido a la incisión que se hace para la extracción del órgano. Sin embargo, resalta que es un malestar que se alivia paulatinamente en las primeras horas después del procedimiento y ya al tercer o cuarto día, la persona se siente aliviada.
“Actualmente, esta cirugía tiende a hacerse por laparoscopia con lo cual las complicaciones quirúrgicas y los tiempos de recuperación post operatoria disminuyen notablemente”,  agrega.
Para finalizar, la especialista destaca los avances que en esta  materia se han dado en el país. En este sentido, destaca el  Artículo 27 de la Ley sobre Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células en Seres Humanos en Venezuela, que establece que toda persona mayor de edad, civilmente hábil, a quien se le haya diagnosticado la muerte, se presumirá donante de órganos, tejidos y células con fines terapéuticos, salvo que existiese una manifestación de voluntad en contrario, hecha al Sistema Nacional de Información sobre Donación y Trasplante, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Salud.  “Quien toma la decisión de donar, está regalando vida”, expresa.

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