Deterioro cognitivo afecta la conducta del
paciente
ALZHEIMER
PUEDE DESENCADENAR
COMPORTAMIENTO
AGRESIVO
A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa, el paciente presenta deterioro de la capacidad
cognitiva y la pérdida de la memoria a corto plazo. Esta afección puede tornar
al paciente agresivo y difícil de
controlar. A largo plazo, la patología afecta la capacidad de las personas para
socializar y manejar emociones, además les resulta cada vez más difícil
reconocer su entorno.
La psiquiatra Yenny Fermín, explicó que esta
condición comienza por afectar la memoria a corto plazo, causa desorientación y
con el paso del tiempo compromete la capacidad de la persona para comunicarse y
realizar actividades cotidianas tan simples como alimentarse o recordar las
horas de su medicación. El paciente va perdiendo sus recuerdos
progresivamente y “tiende a volverse difícil de controlar al momento de
medicarlo, deambula mucho, actúa con agresividad hacia su familiares y
cuidadores, y sufre trastornos del sueño”, detalló.
Los medicamentos disponibles
actualmente para el tratamiento de la demencia tipo Alzheimer están orientados a conservar por más tiempo la capacidad
cognitiva del paciente. En este sentido, la experta en psiquiatría acotó que “los
parches de Rivastigmina poseen un mecanismo de acción dual farmacológica, menos
efectos secundarios, mayor comodidad de uso para el paciente y cuidador, además
de mejor control de verificación en la cantidad de medicación y concentración
adecuada, lo que permite contrarrestar los síntomas, especialmente los
conductuales”.
Al adherirse a la piel, los parches
de Rivastigmina comienzan su acción
de liberación constante durante 24 horas, lo cual resulta ventajoso para el
cuidador que solo debe colocarlos una vez al día y fácilmente puede asegurarse
de que el paciente está recibiendo su medicación. El paciente también resulta
favorecido, ya que evita las
complicaciones gástricas de la medicación oral constante.
Actividad
física y apoyo familiar
La doctora
Fermín recomendó que los pacientes practiquen alguna
actividad física, bien sea la bailoterapia, caminatas o el ejercicio de su
preferencia. También, enfatizó que toda la familia debe involucrarse en
las labores de cuidado. “Entrenar a la familia en el conocimiento de
la enfermedad es vital, y más aún, en su manejo. También es necesario el apoyo psicoterapéutico
a los cuidadores, para evitar un posible desgaste físico y emocional,”
concluyó.
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