YQUE
Salomón
Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com
La tristeza de unas muy malas navidades
A este gobierno
le queda poco tiempo, ya que saldrá constitucionalmente y tendrán que pagar sus
desafueros
Las
navidades comenzaron muy malas, ya que un funcionario payaso comienza a
desmembrar los comercios de juguetes y de prendas de vestir, legalmente
establecidos, con el demagógico cuento “del precio justo”, queriendo, o mejor
dicho, tratando de imitar al mal llamado comándate eterno, pero su payasada le
salió muy mala, ya que procedió en forma ilegal, violenta y violando los
derechos humanos de sus propietarios, en muchos casos decomisando la mercancía
y obligando a otros a vender al precio que ese funcionario le dio la gana de
imponer desconociendo el costo de los
mismos.
La
verdad, lo que sí debió hacer era visitar los lugares de abastecimientos de
alimentos y las panaderías que realmente abusan con los precios de la alimentación
familiar. Es necesario recordarle a ese funcionario abusador y payaso, que los
niños jamás morirían por falta de un juguete, pero sabemos que en Venezuela
muchos párvulos están muriendo de hambre por desnutrición, ya que sus padres no
pueden acarrear los costos actuales de esos alimentos necesarios para vivir.
Vimos
cómo fueron incrementando en una forma abusiva el valor de los alimentos de la
cesta básica y cómo también en los lugares de abastecimientos los productos
protegidos por el régimen escaseaban y en muchos lugares no lo sacaban a la
venta del pueblo o lo hacían en muy pocas cantidades. Lamentablemente pudimos
observar que sí había suficientes productos alimenticios, protegidos por el
gobierno nacional, para los bachaqueros, que los mostraban, sin tener vergüenza
del hambre del pueblo.
Debo
aclarar que fuimos testigos de excepción de lo que hoy denunciamos, ya que
recorrimos varios supermercados de
Caracas y en todos había grandes colas, así como en las panaderías para comprar
pan. En algunas de ellas vendían un máximo de dos piezas de pan canilla o
campesino y sus dueños alegaban: no hay harina; sin embargo se podía observar
el pan de jamón, los dulces y todos los otros productos que se elaboraban con
harina, en gran cantidad, a un precio que solo los boliburgueses podían pagar y
que lo compraban sin chistar.
Nuestro
recorrido de observación lo realizamos en La Pastora, San José, La Candelaria,
Catia, El Paraíso, Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre. De verdad fue un trabajo
duro y penoso, pero debido a la cantidad de denuncias recibidas en nuestra mesa
de trabajo creímos que era nuestra obligación iniciar esa investigación.
Las
quejas de mayor frecuencia fueron: “Que en vez de preocuparse por los juguetes
y la ropa de los niños debió haber sido por la comida”. Muchos de ellos nos
comentaban: “Cómo vamos a comprar ropa o juguetes si nuestros hijos tiene
hambre”; “dígame usted si celebramos la navidad, qué le podremos ofrecer de
cenar a nuestros niños”. Un señor bastante mayor nos recordó “que cuando Pérez
Jiménez sí le podríamos ofrecer una maravillosa cena digna para la llegada del
Niño Jesús, ya que los niños de las barriadas más pobres y de todas las clases
sociales, recibían excelentes juguetes que les obsequiaba el gobierno del
‘General’. Volvemos a dirigirnos a ese payaso que desea plagiar lo hecho por
Hugo Chávez, “pero deseos no empreñan”. Ese individuo, el payaso, debe ser
visto como un gran jalador de bolas y no como un funcionario público que desea
ayudar a su pueblo. Claro que cuando el que nunca tuvo poder, que debe ser el
caso de ese payaso, se ve acompañado por bayonetas y hombres uniformados de
militares, está dispuesto a lucirse, trata de demostrar que es valiente y que
tiene poder de mandar preso, sin ninguna autoridad, al que le da la gana. Pero,
señor abusador y payaso, a ustedes les queda muy poco tiempo. A este gobierno
le queda poco tiempo, ya que saldrá
constitucionalmente y tendrán que pagar sus desafueros. Y si no, mírense en el
ejemplo de todos esos dictadorzuelos, sus secuaces y sus cómplices, como se
encuentran en cárceles pagando sus atropellos y no importó el cargo civil o el
grado militar que ostentaban en su oportunidad.
Hay
un dicho popular que dice: la justicia, algunas veces tarda, pero de que llega,
llega”.
¿A
usted ,señor payaso, le parece lógico pagar el azúcar a 4 mil bolívares, la
leche en polvo a casi diez mil, el arroz a 7.500, la pasta a 7 mil, el café a
12 mil, la carne en 11 mil? Recuerde que hablamos por kilo. ¡Hasta mal payaso
es!, ya que la gente se burla de usted, de sus ridiculeces y sus poses de hombre
de poder. Sepa que sus compañeros, boliburgueses también se burlan de usted. Vuelva a su circo y siga
de payaso.
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