OPINIÓN
Que son los colectivos
Oswaldo Páez-Pumar
Hace
ya algunos años abordé el tema del lenguaje como instrumento de dominación y
explicaba que España llegó a ser el imperio donde no se ponía el sol porque el
castellano se hablaba de México a la Patagonia, en las Filipinas y por supuesto
en España. El imperio inglés que sucedió al español llevó su idioma de Europa a
América y luego a Asia, África y Oceanía.
El
dominio se ejerce también entre los que hablan el mismo idioma por quienes
imponen determinada carga a palabras corrientes que tienen su significado
dándoles uno adicional. Así la expresión ‘de derecha’ sugiere oposición al
progreso, porque la voz izquierda ha sido etiquetada como transformadora y por
lo tanto progresista.
Aunque
la voz colectivo en su acepción más corriente define a un transporte público de
pasajeros, también significa una agrupación de personas, como es el caso de la
que nos ocupa. Sin embargo, la identificación de los colectivos a los cuales
nos referimos con ese fonema cumple un doble propósito. El primero es la
apropiación de la voz para uso exclusivo de las agrupaciones que responden a una
determinada ideología, propósito o labor. Lo segundo es deslastrar de
cualquier connotación peyorativa que
pueda acompañar a una ideología, como pudiera ser el comunismo o el fascismo, o
un propósito o labor como lo son “las tareas que puede realizar un pueblo
indignado pero no un gobierno”.
Eso
y no otra cosa es lo que son los colectivos. Pero el proceso de apropiarse del
fonema persigue además un objetivo adicional que va unido a la posibilidad de
usar el lenguaje como instrumento de dominación. Por esta vía ‘colectivos’ no
son sino los que responden a la ideología, propósito o labor que los llamados
inicialmente círculos bolivarianos asumieron como elementos de defensa o
protección del gobierno, que enantes no podían asumir las fuerzas armadas por
la prohibición constitucional que les veda ponerse al servicio de persona o
parcialidad política alguna, y que hoy es violada impúdicamente.
Por
eso mi propuesta es llamar a esos colectivos que se hacen presentes sin haber
sido invitados a las manifestaciones de la oposición y que este domingo se
hicieron presentes en una iglesia de Petare para arremeter contra la
conferencia episcopal en la propia casa eclesial, tal como que entraran en su
casa lector para insultarlo a usted. Por eso propongo que los llamemos por lo
que son: “Grupos armados para agredir ciudadanos humildes exclusivamente en
razón de sus opiniones sinceras”. Y como tal forma se hace larga y por larga
olvidadiza, usemos simplemente las siglas que lo resumen: “CAPACHEROS”.
Caracas,
30 de enero de 2017
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