lunes, 17 de marzo de 2014

ECONOMÍA: EL SICAD TAMBIÉN NOS FALLARÁ

Análisis sin desperdicio:
EL SICAD TAMBIÉN NOS FALLARÁ
José Andrés Ponce

¿Por qué? Es muy simple, porque una vez más Nelson Merentes se aleja de los fundamentos económicos básicos y patrocina un mecanismo oscuro y sin el sentido económico que se le atribuye. Y al igual que el Sitme y el Sicad, está destinado a fracasar, luego de parir una nueva camada de futuros acaudalados y perseguidos que se refugiarán con sus capitales en la ciudad de costumbre.
Es incomprensible ver como una y otra vez los economistas revolucionarios se empeñan en ignorar que un mercado libre de divisas responde a reglas muy básicas y fundamentales. La clave es el “Arbitraje”, que en términos simples implica comprar barata y vender cara una divisa, basándose en las distorsiones de precios, y hacer la ganancia consecuencial. En los mercados FOREX el arbitraje es lo que ayuda precisamente a equilibrar el poder de intercambio entre divisas y de esos desequilibrios derivan buena parte de las políticas monetarias y macro de las economías libres del mundo. Las virtudes del mecanismo se pierden cada vez que se manipula o interviene como se colige pretende el BCV al leer el Convenio 27.
En Venezuela, el artículo 9 de la Ley de Régimen Cambiario y el Convenio Cambiario No. 27 aspiran crear un mercado de libre convertibilidad de divisas bajo el acrónimo de SICAD II, un mecanismo de mercado cuya intención es subordinarlo a la libre oferta y demanda y de supuesta participación abierta en el que se sus actores podrán participar activamente en ambas puntas, como compradores o vendedores y cuyo objetivo macroeconómico parece ser bajar el dólar libre (antiguo innombrable) a niveles que según reportan fluctúe entre 25 y 40.
¡Y lo harán! Artificialmente como nos tienen acostumbrados, pero lo harán.
Lo que no creo se logrará será hacer desaparecer el otrora innombrable, que se continuará cotizando al son del mercado SICAD II a múltiplos de la tasa efectiva del día porque nadie espera que la oferta de divisas podrá satisfacer la demanda y es lógico reconocer que nadie sería tan estúpido (ningún privado esto es) como para vender sus divisas a una tasa artificial de entre 25 y 40 cuando las puede colocar libremente por el doble. Así de simple.
El mecanismo anunciado para este mercado es tan opaco como el establecido por su hermano mayor. De la simple lectura del Convenio 27 se desprende que el BCV se reserva el derecho a intervenir en cualquier momento, léase esperar que se hayan presentado todas las ofertas firmes de compra y venta de divisas del día, para decidir cuantos dólares y a qué precio se inyectará para que la tasa promedio ponderada del final del día responda a los caprichos del régimen.
Así pues, imaginamos a un Nelson Merentes con su tableta Canaima en mano al último minuto del cierre del mercado, llenando las variables de intervención del BCV que determinarán el dólar SICAD II (monto y tasa), fijando artificialmente la tasa efectiva del día y materializando lo que de por sí sería ilícito en un régimen de libre convertibilidad como prometen los pregoneros será este mecanismo.

¿Dónde está la tentación con el SICAD II? De la lectura del convenio se deduce la posible manipulación del mercado que de la mano de Merentes se ejecutaría. Si bien es cierto que los compradores y vendedores de divisas deben anunciar sus posturas firmes y definitivas con anticipación y que podemos presumir que la demanda superará la oferta, al final del día la tasa promedio ponderada SICAD II será calculada en función a las operaciones efectivamente transadas, es decir, en aquellos montos y cantidades cuyas ofertas coincidan y no necesariamente con el mejor postor, reservándose el BCV el derecho de intervenir en cualquier momento (léase hasta el final de la jornada).
Aquí reside lo crítico de todo esto: si el BCV – como lo establece el Convenio – conoce en tiempo real cuales son las posturas de oferta y demanda - con anticipación - y además tiene el control opaco de la cantidad de divisas que inyectará en la puja diaria del preciado maná clorofilado, entonces Merentes y compañía podrán manipular la tasa efectiva final tanto a la baja o al alza como sus intereses quieran, incluso susurrando a los amigos de la revolución la clave para acercarse al mingo cambiario con toda la precisión que el “inside trading” les facilita por las reglas y mecanismos establecidos en el mismísimo Convenio.
Nada de lo publicado hasta ahora sobre el SICAD II da luces de transparencia en este mercado, y hasta el momento de publicación de esta nota no sabemos de instructivos más esperanzadores. Más allá de las declaraciones de Rafael Ramírez quien lamentablemente no es muy famoso a la hora de dar información transparente en los ámbitos de su competencia, o de Merentes que no le atina ni a sus propios pronósticos macroeconómicos aun controlando sus factores,
no hay nada que indique que este mercado será ortodoxamente libre. Todo lo contrario, el régimen está acostumbrado a una opacidad tal en los procesos establecidos para el acceso a divisas que uno llega a pensar que estas asignaciones se harán a dedo y al mejor amigo en lugar de la propuesta de mercado y al mejor postor.
¿Se imagina usted amigo lector cuánto dinero se puede hacer acertándole con precisión al precio del día, sea en alza o en baja, cuando se conoce de antemano cual será la tasa promedio ponderada final? Los 20 mil millones “extraviados” del Sitme – que por cierto cuya lista de beneficiarios está todavía en las manos firmes y privadas de Ramírez – se quedan como bebés de pecho cuando se tiene el poder de manipular un mercado libre que se anuncia de unos 30 millones diarios (150 semanales o 7 mil ochocientos al año) en el cual se podría ganar diariamente la modesta fluctuación normal de (digamos arbitrariamente) un 5% de variación, esto además sin las consecuencias penales para quienes reciban los “datos de oro” de los arquitectos del valor del dólar SICAD II.
Mis amigos me dicen que yo soy muy negativo y desconfiado, a lo cual les digo, como publiqué en Mayo del 2010 cuando Merentes estaba detrás de la Ley de Delitos Cambiarios y la subsecuente creación del SITME, que es verdaderamente vergonzoso ver como nuestro país es presa fácil del juego cómplice de las autoridades monetarias y ciertos agentes disque económicos para saquear las arcas del Estado con una impunidad que da coraje.
Ver una y otra vez como bajo el subterfugio de políticas públicas se implementan mecanismos de transacción de divisas que utilizan a la raquítica gallina de los huevos de oro de PDVSA para el enriquecimiento fácil de unos pocos privilegiados cuya virtud conocida es la de expertos catadores de las flatulencias del Caudillo de turno realmente llena de indignación, especialmente ahora cuando estas prácticas se hacen hoy en perjuicio de un pueblo revolucionario y supuestamente privilegiado que es engañado frente a sus narices como alguna vez lo hiciera Colón y sus secuaces e históricamente lo han hecho las huestes trepadoras que como rémoras se enchufan a la aleta de Tiburon 1 cada vez que un Caudillo se instala en el poder.
Y les prometo, de verdad, como me dijera aquél crítico, que me encantaría estar equivocado…
Democracia Integral

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