Para reflexionar
¡¡LÉANLO!!
CON MUCHA "ATENCIÓN"...
En la
Clínica de un famoso cirujano cardiólogo, entra la secretaria al consultorio de
éste y le anuncia que un viejo, muy pobre,
deseaba consultarle, recomendado por un médico del hospital público.
El
médico le dice que hablará con él una vez que haya atendido a todos los
clientes con cita médica.
Después
de dos horas de espera, el médico recibe al anciano y éste le explica la razón
de su visita:
“El médico
del hospital público me ha enviado a usted porque únicamente un médico de su
prestigio podría solucionar mi problema cardíaco y, en su clínica poseen
equipos suficientes como para llevar a cabo esta operación”.
El
médico ve los estudios y coincide con el colega del hospital. Le pregunta al
viejito con qué Compañía de Seguros se haría operar. Este le contesta.... 'Ahí
está el problema Dr. Yo no tengo seguro social y tampoco dinero. Como verá, soy
muy pobre y para peor, sin familia... Lo que pido, sé que es mucho, pero tal
vez entre sus colegas y usted puedan ayudarme...'.
El
médico no lo dejó terminar la frase. Estaba indignado con su colega del
hospital. Lo envió de regreso con una nota explicándole que su 'Clínica
era Privada y de mucho prestigio, por lo tanto no podía acceder a su pedido'.
El había estudiado y trabajado duramente estos años para abrir su clínica y
ganar el prestigio y los bienes que tenía.
Cuando
el anciano se retiró. El médico se percató que éste había olvidado una carpeta
con unas poesías y una frase suelta que le llamó mucho la atención. La frase
decía: 'El órgano que mejor habla es el corazón' y firmaba Hermógenes Fauvert. Esta frase le gustó
mucho al médico, pero lo que más le gustó fue el nombre del autor de la frase, Hermógenes Fauvert.
Le
hacía recordar su juventud, pues, en primaria, la maestra les leía sus hermosos
cuentos infantiles. En la secundaria, la profesora de Literatura les enseñaba
bellísimas poesías y fue con una de ellas que, al dedicarle a una de sus
compañeras, se enamoró y esta fue su primera novia. 'Cómo olvidar todo eso si fue
parte de lo mejor de su infancia'.
A la
semana siguiente, al finalizar la jornada, la secretaria entró al consultorio
con el periódico vespertino y compungida le dijo al médico, '¿Se ha enterado, doctor? Hoy han
encontrado muerto a 'Hermógenes Fauvert' en un banco de la Plaza del
Ayuntamiento, tenía 88 años el pobre'. El médico suspiró de pena y
contestó:.'Hombres como él no deberían
morir nunca. Que Dios lo tenga en Paz, me hubiera gustado conocerlo.... '
Pero, ¡cómo!..... ¿no lo recuerda?', le dice
la secretaria y mostrándole la fotografía del periódico le dice: 'Era el pobre viejecito que vino la semana
pasada a consultarle. Era un conocido escritor, solitario y bohemio. No tenía
parientes y...'. El médico no la dejó terminar. Le pidió que se retirase y
sentándose con los brazos cruzados en el escritorio, lloró.
Lloró
como nunca lo había hecho, como el niño que llevaba escondido en su alma. Largo
tiempo estuvo en el silencio de su consultorio. Luego, mientras secaba las
lágrimas de su escritorio, sacó delicadamente la imagen de Cristo que estaba
debajo del cristal y, después de besarla, la guardó en un cajón mientras decía 'Perdón
Señor, no soy digno de Ti, no soy digno de que Me mires. Todo lo que tengo, Te
lo debo. Me enviaste a un pobre y me habló con la voz del corazón. Yo lo
escuché con el oído del egoísmo.... mi vergüenza es grande.... Perdóname
Señor'.
Con el
correr de los años, la 'Clínica
Hermógenes Fauvert', como se denomina desde entonces, se hizo muy famosa.
El médico habilitó un sector para la atención de los pacientes sin seguro
médico y él personalmente practica las operaciones.
¡Cuántas veces nos habrá pasado lo mismo a nosotros!
Nos han hablado con la voz del corazón y no hemos oído.... hemos sido egoístas
con nuestros hermanos..
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