En las próximas
elecciones del 6 de diciembre.
Régimen de Maduro busca
desesperadamente la manera de enfrentar al voto castigo
Según publicó El Mundo de España, a un mes de los comicios parlamentarios en Venezuela, el gobierno nacional realiza maniobras para persuadir a los electores a pesar de la crisis económica. A sólo un mes para las elecciones parlamentarias del 6-D el reporte del diario español El Mundo indicó que el presidente Nicolás Maduro está muy “preocupado”.
“El gobierno no es
que va perder, ¡es que ya perdió!”, le recalcó Julio Borges, candidato a
la reelección, quien esgrimió seis estudios de opinión en los que la distancia
entre revolución y oposición se cifra entre 20 y 30 puntos.
Las distintas maniobras
gubernamentales, desde el conflicto fronterizo con Colombia hasta las
acusaciones contra el empresario más importante del país, escuchas telefónicas
ilegales incluidas, no han logrado coser la brecha creada por los venezolanos,
influidos por la gigantesca crisis económica que golpea al país sudamericano.
Ante grandes males, qué
mejor que recuperar un viejo ardid del comandante Hugo Chávez: la campaña del
miedo. “Vamos a ganar como
sea, la revolución no será entregada jamás”, ha repetido el presidente
en distintos discursos. Maduro tampoco ha dudado en destacar que si el
chavismo pierde “la revolución
pasaría a gobernar con el pueblo” y en “unión cívico-militar”.
Según reseña el politólogo John Magdaleno en el periódico español,
el gobierno quiere generar temores e inhibiciones. “Hoy el chavismo es la mitad del
capital político que dejó Chávez. A través del miedo intentan retener a la
gente”.
El paralelismo con lo que
sucede en Argentina es evidente, casi mimético. El sorprendente resultado
electoral del opositor Mauricio Macri
ha desatado una campaña parecida desde el poder peronista, anunciando desastres
apocalípticos. O como avisa Maduro desde Caracas que sucedería después de su
derrota: “El país entrará en una de las más turbias y conmovedoras etapas de
su vida política… El que tenga oídos, que entienda”.
La campaña del miedo no ha
hecho nada más que empezar, pero ya se han apuntado sus dirigentes más
radicales. Sus mensajes se dirigen directamente a sus propios seguidores y a
ese porcentaje que votó a Chávez en 2012 y que hoy cree que Maduro es incapaz
de sacarles del atolladero económico. “EEUU, la CIA y las grandes trasnacionales
lo primero que van a hacer es erradicar por completo el chavismo, hasta la
última raíz”, disparó Mario
Silva, el periodista favorito de Chávez, señalado tras conocerse una
grabación en la que informaba a un militar cubano de los entresijos de la
política venezolana. “El plan verdadero de la oposición es
entregar el país al FMI”, insistió Silva.
“La derecha quiere
utilizar el 6-D para desestabilizar, para agredir al pueblo, para insultar a
Chávez”, clamó Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador de Caracas y jefe
de la campaña electoral revolucionaria.
“Si se prende el conflicto
yo también salgo a la calle a defender la revolución”, añadió el propio primer mandatario,
quien no mostró ninguna prueba al afirmar que la “derecha venezolana está
arreglando un pacto con paramilitares para adicionar mayores crímenes en el
país y fomentar la desestabilización y el caos”.
Amenazas para unos,
temores para otros. El altavoz del
pánico no sólo se dirige a los chavistas más o menos fieles, también lo hace a
los opositores, como recuerda la psicóloga social Colette
Capriles.
“Otra parte de la campaña del miedo se
basa en la idea de que la oposición no reconocerá los resultados”, insiste.
Para el gobernador Capriles, el “hijo de Chávez” está asustado y por eso “apela al miedo, a la
intimidación y a la amenaza, porque se sabe perdido”.
La parcialidad del Consejo Nacional Electoral, las
campañas electorales abusivas y el rodillo de todos los poderes del Estado
siempre han afectado a un porcentaje de la oposición, que se desanima de cara a
las urnas. En el otro lado, la pérdida de derechos alcanzados durante el
proceso revolucionario (según la narrativa chavista) es uno de los principales
objetivos de la táctica del temor.
“Las campañas del miedo y/o contraste, si están bien articuladas
y el mensaje es sensato y verdadero, retribuyen. Maduro tiene mayor nivel de
negativos y quizá sea poco creíble. Necesitas estar sano en positivos para atacar, puesto que si no te
aumentan los negativos”, reflexiona el asesor electoral español Antonio Sola, quien ha trabajado en los dos países y que también
llevó a la presidencia a Juan Manuel Santos en Colombia y Felipe Calderón en
México.
Eso sí, el politólogo no ve nada claro el futuro de Maduro, mientras que
para Scioli
la campaña del miedo “le puede retribuir
sin duda y darle la vuelta a la elección”
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