LA VACUNA CONTRA LA CULEBRILLA
LLEGA A VENEZUELA
El
Herpes Zóster, comúnmente
conocido como Culebrilla, es una
enfermedad causada por un virus inactivo en nuestro cuerpo, el virus de la
Varicela o Lechina. “Se trata de una erupción de la piel, muy dolorosa, que usualmente
afecta a una mitad del cuerpo o de la cara. Afortunadamente hoy existe una
alternativa para prevenir esta dolorosa enfermedad”, asegura el Dr. Edgard Rodríguez, gerente médico de MSD en Venezuela, empresa líder en el
cuidado de la salud.
Según
los resultados del Estudio de Prevención
de Culebrilla, o SPS por sus siglas en inglés (Shingles Prevention Study)
en el cual participaron más de 38.000
personas mayores de 60 años, la vacuna para prevenir el herpes zóster ha demostrado que reduce
en más de 51% el riesgo de desarrollar la enfermedad.
La
consecuencia más común del Herpes Zóster
es
la neuralgia post herpética, un dolor intenso en los nervios que puede
prolongarse por meses o incluso años después de que la erupción desaparezca.
La
edad es el factor de riesgo más importante para padecer Culebrilla. Con el paso de los años aumenta el riesgo de sufrir la
enfermedad porque el sistema inmunológico de las personas se debilita.
Adicionalmente,
algunas personas tienen un mayor riesgo de sufrir Hérpes Zóster, como son:
-
Las personas que
padecen ciertos tipos de cáncer como leucemia y linfoma.
-
Quienes se
encuentran infectados con el VIH/SIDA.
-
Las personas que
reciben fármacos inmunosupresores como los esteroides o los que se utilizan en
las personas que han recibido un trasplante de órganos.
La
vacuna está recomendada en personas mayores de 60 años
Con cada década que pasa, aumenta la probabilidad
que el virus de la Lechina reaparezca en el cuerpo del adulto en forma de
Culebrilla, ya que su sistema
inmunológico se va debilitando con el tiempo, por ello el uso de la
vacuna está recomendado en las personas mayores de 60 años,
“incluso en aquellas que han sufrido ya un episodio
de herpes zóster”
señala el Dr. Rodríguez.
El
dolor de la Culebrilla se ha
descrito como insoportable,
persistente, quemante, punzante y como de descarga eléctrica, y puede
ocasionar: fatiga crónica, trastornos
del sueño, depresión, anorexia, pérdida de peso o aislamiento social. Además, puede incluso llegar a interferir con
actividades cotidianas como vestirse, bañarse,
comer, cocinar, salir.
Para
prevenir esta dolorosa enfermedad, el Comité
Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Estados Unidos, ACIP por sus siglas en inglés (Advisory
Committee for Immunization Practices) recomienda
la vacunación de rutina de todas las personas mayores de 60 años, con una sola
dosis.
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