jueves, 11 de septiembre de 2014

ECONOMÍA: El maquillaje de las cifras del BCV

El maquillaje de las cifras del
 
 Va a ser una norma. Publicar la inflación cada tres meses. Tal vez el período forme parte de la llamada nueva metodología que llevan a cabo los directores políticos del BCV, no los técnicos. 
El BCV lanzó de golpe, junio, julio y agosto. Destapó unos índices en caída, cuando los precios en la calle dictan otra realidad. Porque la semana pasada, los directores del BCV, sobre todo Cañas, Méndez y Hernández, los tres recién designados, cada vez que se va a tomar una decisión en el Directorio, lo primero que hacen es pulsar un número de teléfono, salir al pasillo y consultar. 
Desde hace bastante rato que el BCV perdió la autonomía. Pero esto es otra cosa. Esto es manipulación. Esto es maquillaje. Esto es trampa. Ahora, ¿Quién puede creer que la inflación se ha desacelerado? Por ello se ocultaban los índices. Por ello los técnicos venían presionando para que se publicaran y le decían a Nelson Merentes que la responsabilidad sería suya, no de ellos. Y por ello, Merentes, para quitarse la presión de encima, se refugiaba en su búnker. 
Pese al maquillaje, estos ocho meses de 2014 registran ya el récord de mostrar la inflación más elevada en casi dos décadas. El paquetazo de Maduro ya es un ajuste crudo. A la par de todo el financiamiento del gasto, del dinero inorgánico y la caída de las importaciones, está el problema de la producción nacional. Si no se ajustan los precios, la industria no produce. Y si no hay producción, hay escasez. 
Hay desabastecimiento. Con el agravante, para el gobierno, de que el desabastecimiento es un problema que recogen las encuestas y esos sondeos reflejan que la gente no se cree el cuento de que la causa sea el contrabando. No, la mayoría no apoya ni está de acuerdo con el discurso del gobierno. No solo eso, los gobernadores de Táchira y Zulia, han reconocido públicamente que el diferencial de precios entre Venezuela y Colombia es la causa del contrabando. Para corregir ese diferencial hay que tomar medidas internas, medidas de precios, aumentos de precios. Porque si no hay correcciones, no hay manera de combatir el contrabando. 
Ya lo dijo el gobernador Francisco Arias Cárdenas, esa lucha contra el contrabando, “desgasta”, y desgasta mucho, y la victoria no es inmediata. De modo que la tragedia del gobierno es que aumenta precios cada semana, que venían rezagados, y a la semana siguiente vuelven a estar rezagados. Y con cada aumento nunca se lograron ni siquiera emparejar con lo que el productor reclama como costo o el gobierno reconoce como precio justo. Por lo cual, nuevamente hay que aumentar, y ese es el aumento que no cuadra en los índices que impactan al consumidor, por más que se hable de ponderación de productos, de canasta ponderada, y nueva metodología. Así, se vuelve al comienzo. 
El BCV y el gobierno han perdido esta batalla, la batalla de la credibilidad. Y aun suponiendo que la inflación en verdad comience a desacelerar, va a costar demasiado esfuerzo convencer a los consumidores de estos malabarismos inflacionarios que se ven muy bien en papel, pero chocan contra la realidad día tras día.
MABR

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