Afecta una o más
articulaciones produciendo dolor e inflamación
NIÑOS Y JÓVENES
TAMBIÉN DESARROLLAN ARTRITIS
La artritis idiopática juvenil (AIJ) corresponde a un
grupo de enfermedades inflamatorias que altera el sistema inmunológico, aún se
desconoce su origen y se manifiesta antes de los 16 años de edad. Se
caracteriza por presentar calor, enrojecimiento e inflamación articular
presente por más de 6 semanas, con engrosamiento de la membrana que recubre la
articulación y mayor producción de líquido. En ocasiones puede comprometer órganos
como la piel y los ojos, entre otros.
La reumatóloga, Verónica Crespo, señaló que el pico de
mayor incidencia de la patología se presenta en niños con edades comprendidas
entre uno a cuatro años, siendo más común en las niñas. Existen diferentes
formas de presentación, entre las cuales se puede mencionar:
·
Sistémica: Se presenta con fiebre mayor de 40°C, aumento de
tamaño de los ganglios, afectaciones de hígado y bazo, lesiones en piel y dolor
articular. Se debe hacer diagnóstico
diferencial con enfermedades infecciosas o hematoncológicas. Se observa con
mayor frecuencia en mayores de cinco años.
·
Poliartritis con factor reumatoide negativo: Se manifiesta con el compromiso de más de cuatro articulaciones, pero
sin tanto daño del estado general. Afecta mayormente al género femenino.
·
Poliartritis con factor reumatoide positivo: Corresponde a menos del 10% de los casos y es más frecuente en niñas
de 11 a 16 años.
·
Oligoartritis: Compromete al menos 4 articulaciones, con más frecuencia
en niñas menores de 6 años.
·
Artritis con entesitis: Más frecuente en
niños de 10 a 12 años, puede estar asociada al gen HLA B27, y evolucionar a una
espondiloartritis. Suele tener una carga genética importante.
·
Artritis psoriática juvenil: Se presenta con
dolor e inflamación articular en niños
que tienen lesiones en piel definidas como psoriasis. Suele ser más frecuente
en niños de 8 a 11 años.
Detección
Para el diagnóstico, es necesario contar con una historia
clínica detallada desde el inicio de los síntomas, la progresión y la presencia
de manifestaciones sistémicas. Además se suelen realizar exámenes de
laboratorio, pruebas inmunológicas y estudios por imágenes, como: resonancia
magnética, tomografías o ecos de las articulaciones afectadas.
“Lo más
importante en estos pacientes siempre será el diagnóstico precoz y un
tratamiento oportuno, ya que mientras más a tiempo sea la evaluación y se haga
un seguimiento periódico, se podrá evitar que los dolores e inflamaciones sean
por largos períodos de tiempo, logrando un menor daño articular y menos
deformidad. El objetivo debe ser que el niño con AIJ esté activo, con una buena
calidad de vida y mantenga su actividad escolar con un desarrollo acorde a su
edad”, concluyó la reumatóloga.
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