Gobierno opta por mayores
controles para afrontar los problemas económicos
Una serie de medidas para reforzar controles a la actividad comercial,
sobre todo para la venta de productos básicos, luce como la respuesta táctica
que de manera más reciente han adoptado las autoridades para afrontar algunos
de los principales problemas económicos. Ofrecer soluciones a la escasez, el
desabastecimientoUy la inflación sigue como una prioridad, pero las políticas
para atender esta situación parecen más bien cambiantes y efectistas.
Mientras tanto, las esperadas decisiones sobre el
ajuste cambiario, contemplando por adelantado soluciones como la convergencia y
posterior unificación de tipos de cambio, parecen haber quedado postergadas
hasta nuevo aviso. El entorno político y un descenso en los niveles
de popularidad de la administración central juegan en contra de la aplicación
de las medidas que hasta el propio vicepresidente para el Área Económica,
Rafael Ramírez, adelantó en una reunión con inversionistas y banqueros
internacionales en Londres en la primera mitad del año.
Del mismo modo, ajustes de elevada importancia en el
ámbito local, como un posible aumento en el precio del litro de la gasolina,
también parecen haber quedado postergados en el marco de las actuales
circunstancias. No está demás mencionar que se sigue considerando la eventual venta de la subsidiaria
petrolera Citgo, filial de Pdvsa con operaciones en Estados Unidos, cuya
valoración fue ubicada por el mismo Ramírez en más de 15 mil millones de dólares.
Tanto la estatal
como la República tienen pendiente una importante carga de deuda para lo
restante del año, con un monto superior a los 6 millardos de dólares con
vencimientos de capital e intereses concentrados en el mes de octubre. Los años próximos,
de acuerdo con proyecciones especializadas, representan una carga incluso
superior, hasta sobrepasar los 10 millardos de dólares en compromisos
crediticios para el año 2017.
La posibilidad de organizar los pagos de deuda en el corto y mediano
plazo mediante un reperfilamiento pasa por la reorganización de las finanzas internas,
pero los aspectos políticos siguen retrasando la toma de determinaciones en
profundidad para ofrecer soluciones que garanticen mayor sostenibilidad en las
finanzas nacionales.
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