viernes, 11 de octubre de 2013

Cada 12 de octubre se conmemora la lucha contra la artritis
Calidad de vida para pacientes
 
ARTRITIS REMATOIDE
La artritis reumatoide (AR), es una enfermedad sistémica, es decir, que afecta a todo el cuerpo y que genera la inflamación de las articulaciones, causando cambios en su forma, lo cual deteriora la capacidad funcional y la calidad de vida del paciente.
El Dr. Benito Losada, médico internista-reumatólogo de la Clínica Atias, comenta que aunque la AR es una patología con predominio del componente articular, un 20% de los pacientes sufren afecciones en diferentes órganos y sistemas, entre ellos: ojos, pulmón, pleura, corazón, piel y vasos sanguíneos. Además, señaló que la incidencia de AR se calcula entre 0.5% y 1% de la población mundial, siendo un poco más baja en China (0.3%) y más alta en nativos de Norte-América.
La AR presenta síntomas que determinan su identificación, tales como: dolor e inflamación de grandes y pequeñas articulaciones, rigidez matutina, fatiga, y en ocasiones anemia y pérdida de peso. Dichas señales influyen negativamente en la calidad de vida de quienes la padecen, y afectan el ámbito personal y profesional. Incluso, si no se le da una apropiada y adecuada atención, puede llegar a incapacitar por completo al paciente, limitándolo física y emocionalmente.
Adicionalmente, el Dr. Losada indicó que “el sexo femenino tiene mayor predisposición para desarrollar la enfermedad, y es más frecuente en personas de piel blanca. Los factores de riesgo más estudiados han sido el tabaquismo, la obesidad, la deficiencia de vitamina D y el estrés, ocasionado por factores psicosociales y económicos”.
El diagnóstico de la AR está basado en un examen físico exhaustivo al paciente por parte del especialista, un análisis de los síntomas y los correspondientes exámenes a nivel articular y musculoesquelético. De igual manera, la recomendación es apoyarse en exámenes de laboratorio que incluyen el perfil general y el factor reumatoideo, ambos importantes para el pronóstico de la patología; e imágenes como los rayos X, ecosonograma y resonancia magnética.
Luchando por el buen vivir
Cada año, el duodécimo día de octubre, la comunidad médica, asociaciones de pacientes, pacientes y familiares de todo el mundo se juntan para aumentar la conciencia sobre la artritis reumatoide. El foco principal de conmemorar este día es recordarle al público general sobre las diferentes opciones que existen para disminuir la patología, y la extensa red de ayuda y tratamientos disponibles para los pacientes.
El Dr. Losada indica que la AR es una enfermedad que compromete muchos aspectos de la vida del paciente, que pueden involucrar la aceptación o no de la enfermedad, la autoestima, los diferentes y lógicos temores de dependencia, la pérdida de las relaciones amorosas, amistosas, familiares y, en algunos casos, laborales.
La familia, particularmente, desempeña un papel muy importante para pacientes con alguna enfermedad crónica, y lo primero que debe hacer el médico tratante es lograr que el paciente y sus familiares comprendan la patología y sus características. "Deben comprometerse a prestar la ayuda básica cuando se presenten los momentos de crisis, contribuir con el cumplimiento del tratamiento, y en aquellos pacientes que por su capacidad funcional no puedan valerse por sí mismos, estar prestos a proporcionarles el sustento y  medios para su movilización”, expresa el especialista.
Opciones individuales
En las décadas de los ochenta y noventa, los objetivos fundamentales del tratamiento eran obtener el alivio de los síntomas, mejorar la capacidad funcional y, en la medida de lo posible, disminuir el progreso de la enfermedad. Actualmente las metas son ambiciosas pero factibles, por lo cual, obtener la remisión total de la patología, es el norte principal de los estudios e investigaciones científicas.
“Una vez realizado el diagnóstico, establecemos el pronóstico estudiando las articulaciones comprometidas y los factores de riesgo, de forma individualizada. Iniciamos con medicamentos de remisión, y posteriormente se aplican medicamentos de la clase esteroidea, las cuales son útiles en el control de los síntomas al inicio de la terapia  y en los momentos de crisis articulares. El progreso del paciente en los primeros meses debe ser monitoreado; de acuerdo a la evolución se decidirá iniciar terapias biológicas.”, destacó el Dr. Losada.
El experto define las terapias biológicas como “uno de los mayores impactos en los tratamientos de diferentes patologías autoinmunes, en especial la artritis reumatoide, las cuales actúan no sólo en la reducción de los síntomas sino en el impedimento de la progresión de la enfermedad”. También explica que dichas terapias han incidido en el pronóstico de la AR en un porcentaje elevado de pacientes, que han logrado desempeñarse de forma satisfactoria tanto en lo personal, laboral y social en los años más útiles de sus vidas.

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